Un tribunal de la ciudad francesa de Nantes (oeste) revocó hoy la multa impuesta a una mujer que conducía con "niqab" el pasado abril, suceso que provocó una amplia polémica en Francia cuando se conoció.

El tribunal de policía -juzgado de primera instancia- de la localidad consideró que llevar ese velo "no presenta peligro alguno (para la conducción de un vehículo) puesto que se mueve al tiempo que la cabeza".

Vestida con un "niqab", que sólo se retiró para declarar, Sardine Mouleres, ama de casa de 31 años, explicó cuando fue requerida para pagar una multa de 22 euros que la había recurrido para saber si podía conducir con dicho velo.

La mujer no compareció hoy finalmente ante el tribunal de Nantes, que emitió su decisión en medio de una gran expectación de medios de comunicación galos.

Mouleres acudió en junio al tribunal acompañada de su pareja, Lies Hebbadj, investigado posteriormente por un presunto delito de poligamia y de fraude en el cobro de prestaciones sociales, por los cuales aún no ha sido juzgado.

El examen del recurso se ha producido estos meses en Francia en medio del debate sobre la conveniencia de prohibir el "burka" en los espacios públicos franceses, proposición de ley que fue aprobada finalmente y que impedirá llevarlo en todo lugar público, incluido en la calle, bajo una pena de hasta 150 euros.

La ley entrará en vigor a principios del próximo año.

La defensa de la demandante pidió al tribunal que no confundiera el "niqab" con el "burka", ya que este último dispone de una rejilla a la altura de los ojos que sí podría dificultar la visión, y comparó el velo portado por la mujer multada con el casco que utilizan los pilotos de Fórmula Uno, que "no les molesta al conducir" aunque "sólo se les ve los ojos".

La mujer había asegurado que conducía con ese velo desde hacía diez años y de sus declaraciones surgieron sospechas sobre la poligamia de su consorte, circunstancia por la cual el titular de Interior galo, Brice Hortefeux, instó al Ministerio de Inmigración a que le retirara la nacionalidad.

Además, se sospechó de que el hombre, que posee la nacionalidad francesa desde 1999, tenía una docena de hijos con cuatro mujeres distintas que se presume reciben ayudas sociales por hacerse cargo de familias monoparentales.

El caso incluso sirvió para alimentar un debate lanzado por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para endurecer las penas y sanciones contra quienes atenten contra la seguridad ciudadana, que se tradujo en una iniciativa legal que esta semana precisamente debate el Parlamento francés.

Sin embargo, la propuesta de retirada de la nacionalidad para polígamos y en determinadas condiciones que quiso introducir el ministro Hortefeux -en otro texto legal distinto pero vinculada a ese debate lanzado por Sarkozy- fue finalmente excluida por considerarse que no sería autorizada por el Consejo Constitucional.