Entre Santa Cruz y La Laguna, y como ocurre con el lindante Valle Tabares, el olor a campo y la sensación de refugio alejado del mundanal y urbano ruido tienen nombre: Valle Jiménez. Los 800 vecinos de este entrañable rincón lagunero, levantado en lomas de montañas y junto a pequeños y gigantescos cauces de barrancos, son conscientes del lujo del que disfrutan, aunque, por supuesto, también desean el mayor número posible de comodidades y servicios acordes con los tiempos. Por eso, la presidenta de la AAVV Valle, María de los Ángeles Marrero, no se olvida de las principales reivindicaciones de su entidad (que se habilite el prometido centro de día para mayores y que se disponga de un enfermera una vez a la semana para poder repetir medicamentos), aunque, en líneas generales, se muestra satisfecha por la situación del enclave.

Las lluvias torrenciales del pasado 1 de febrero se cebaron especialmente con esta zona, sobre todo por el colapso del barranco en la parte más alta. Marrero destaca la rápida reparación de los daños y, aunque algunos vecinos consultados por este periódico señalan aún obras pendientes, resalta también que el resultado final ha aportado más y mejores muros y otros elementos con los que antes no se contaba.

Respecto al centro de mayores, la AAVV confía en que se haga realidad en el menor plazo posible en las dependencias del antiguo colegio, que se trasladó a La Cuesta por la escasez de niños. Más pesimista se muestra respecto a la presencia de una enfermera, toda vez que lo han intentado en el Servicio Canario de Salud, pero le han dicho que, por población, resulta imposible aportar esa prestación. Los vecinos, por el contrario, la siguen reclamando, dado que evitaría las molestias de muchos residentes, sobre todo mayores, que deben trasladarse hasta La Cuesta para repetir medicamentos, algo que se podría solventar en el centro ciudadano con una enfermera o enfermero.

Por lo demás, la propia presidenta admite que son unos "privilegiados" por vivir en un enclave de este tipo, con una tradición y esencia rural, agrícola y ganadera que, salvo sorpresas inesperadas, se mantendrá y reforzará con un PGO que, en principio, impide la expansión urbanística y trata de regular la situación de algunas casas.

"No nos sentimos abandonados", señala Marrero. "Las cuestiones de primera necesidad, como alcantarillados o asfaltos, están en gran parte cubiertas", quizás con la salvedad del problema de potencia de Unelco, que se espera que se solucione en un año. Lo que sí reclama es la recuperación del camino El Sorribillo, que conecta con Valle Tabares, como sendero peatonal, vía en la que, de momento, lo que se ha hecho sólo es la limpieza de la mala hierba a cargo de personal insular. También se ha intervenido en el camino La Mesa, aunque de las vías con mejoras pendientes destaca la calle Manuel Melián Cachazo, en la zona de El Toscal.

Seguridad y carretera

En cuanto a la seguridad, Marrero asegura que los problemas por robos han ido reduciéndose enormemente, si bien algunos vecinos no lo tienen tan claro y son frecuentes las cadenas en los accesos a fincas y los perros. De todas formas, la presidenta vecinal recalca la tranquilidad existente en la zona, a veces rota por el paso de algún conductor que no respeta los 50 kilómetros por hora máximos permitidos en la carretera general, aunque son los menos y, según subraya la concejal del barrio, no se registran casi accidentes.

Una situación curiosa que se ha ido corrigiendo era la falta de calles nominadas o con las placas correspondientes, lo que dificultaba la llegada de las cartas o paquetes de Correos. Según Marrero, esto se ha ido solucionando en los últimos meses con la rotulación de diversas vías.

Otras cuestiones sobre las que existe buena acogida es la recogida de basura y los cursos municipales, cuyas plazas están prácticamente cubiertas, incluso con personas en la lista de reserva.

Como se puede apreciar, satisfacción en general con el estado del barrio, aunque pendientes de si se cumple lo prometido con el centro de mayores y a la espera de más servicios sanitarios.

equipamientos

La visión de los partidos

La concejal de Valle Jiménez, Blanca Pérez, tiene clara la ventaja casi existencial que estos vecinos tienen por residir en una zona así. No obstante, es consciente de sus peticiones y asegura que, una vez redactado el proyecto, la creación del centro de día se hará realidad el próximo año. Sobre la presencia de una enfermera, delega en el Gobierno regional, aunque sabe que, por ratio poblacional, se trata de una reivindicación difícil de satisfacer. Eso sí, Pérez cree que las demandas de los residentes se han ido cumpliendo y garantiza que el PGO consolidará las raíces ideosincráticas del lugar.

Mónica Martín (PSC) pide que se soterre el alumbrado y que se habiliten más luminarias hasta cubrir las necesidades. Asimismo, reclama reformass en las aceras y que el acceso a la zona se mejore con una rotonda en los alrededores del colegio Cisneros. Apuesta por acondicionar el Camino Real, por crear canchas deportivas, que se solucionen todos los desperfectos del último temporal y que el PGO permita la construcción familiar, "aunque sea en un pequeño porcentaje".

El portavoz del PP, Rafael Becerra, solicita para esta zona una mayor descentralización de los servicios, que se habilite cuanto antes el centro de día, más seguridad y el reconocimiento y la difusión de los barcos de las fiestas.