El Consejo de Seguridad de la ONU inició ayer gestiones, a petición de México, para convocar una reunión informativa acerca de los disturbios en el Sahara Occidental tras el desmantelamiento de un campamento de protesta saharaui, dijeron fuentes diplomáticas.

El presidente de turno del Consejo, el embajador británico Mark Lyall Grant, "consultará" con los otros miembros del máximo órgano de seguridad para precisar la fecha y la modalidad de la sesión informativa, según esas mismas fuentes.

"Esta sesión informativa no está diseñada en contra de nadie, lo que se pretende es recabar información porque hay muchas contradicciones", explicó un representante diplomático que estuvo presente en la reunión en la que el embajador mexicano, Claude Heller, presentó la petición al Consejo de Seguridad.

Según dijo, las otras 14 delegaciones que integran el organismo respaldaron la propuesta mexicana de que el Departamento de Operaciones de Paz de la ONU presente un informe sobre la crisis que vive la ex colonia española, en la que el organismo mundial tiene desplegada una misión (Minurso).

De todas formas, algunos países expresaron el temor de que la sesión del Consejo de Seguridad pueda interferir en la reunión informal de dos días bajo el auspicio de la ONU que mantienen Marruecos y el Frente Polisario en las afueras de Nueva York, indicaron las fuentes diplomáticas.

El Consejo ya tenía previsto debatir el próximo 23 de noviembre con el enviado especial de la ONU para el Sahara Occidental, Cristopher Ross, la situación del proceso de negociación.

Sin embargo, México y otros miembros del máximo órgano consideran que la gravedad de la situación obliga a que se aborde cuanto antes la situación en la ex colonia española.

Reunión Polisario-Rabat

Marruecos y el Frente Polisario mantuvieron ayer la segunda y última jornada de la reunión informal auspiciada por la ONU en las afueras de Nueva York para tratar de reconducir el proceso de negociación de una salida al conflicto del Sahara Occidental.

Ambas delegaciones volvieron a reunirse con el enviado especial de la ONU para el Sahara, Cristopher Ross, en medio de un ambiente enrarecido por los violentos enfrentamientos ocurrido el el lunes en El Aaiún y que pusieron en duda la celebración del encuentro.

Representantes de Argelia y Mauritania, en calidad de países vecinos, estaba previsto que se sumasen a la sesión de cierre de la reunión, que se lleva a cabo en una finca de la localidad de Manhasset, a las afueras de Nueva York, lejos de la atención de la prensa y a puerta cerrada.

El enviado especial de la ONU pretende con esta tercera reunión informal avanzar en la preparación de las condiciones necesarias para celebrar una quinta ronda del proceso de negociación que se empezó en 2007 a instancias del Consejo de Seguridad, pero que lleva dos años estancados.

Sin embargo, la grave situación en la ex colonia española tras el desmantelamiento por la fuerza el lunes del campamento saharaui ha puesto en duda que este enésimo encuentro entre las partes ayude a superar la amplia brecha que separa sus posiciones. Ambas han celebrado desde 2007 cuatro reuniones directas, sin que hayan logrado acercar sus posiciones.