El Palacio de Música Jordánek del arquitecto Fernando Menis/MENIS Arquitectos ha sido galardonado este en los Premios World Architecture Festival (WAF), en la Categoría Futuro Proyectos-Cultural, premio al que optaba junto a otros siete proyectos de Canadá, Reino Unido, Portugal, Turquía, Suecia y China, que habían quedado finalistas entre varios centenares de obras presentadas al concurso.

Los WAF se organizan todos los años en Barcelona con ocasión del Festival y con el objetivo de reunir durante tres días proyectos de arquitectura de todo el mundo. En el mes de noviembre, los mejores proyectos se dan cita en este acontecimiento único en la escena internacional de la arquitectura.

El jurado ha destacado lo siguiente en el proyecto de Menis: "Esta propuesta ambiciosa y atractiva por Menis Arquitectos para una serie de salas de conciertos claramente implica un alto nivel de habilidad en la orquestación de los complejos requisitos técnicos con la creación de un medio interno altamente atmosférico. La arquitectura tiene como distintivo, un carácter geológico, derivado de las formas esculpidas con fuerza, la calidad del uso de la luz y la inventiva de los materiales sobre todo del hormigón. Sin embargo, junto a una calidad de la experiencia sensual, también existe una gran flexibilidad funcional en la forma en los distintos espacios que se pueden utilizar. Este proyecto muestra cómo un arquitecto puede realmente sumergirse en el diseño en todos los niveles, desde una visión unificadora hasta el más mínimo detalle".

EL PROYECTO

El Ayuntamiento de Torun convocó, en 2008, un concurso internacional para un Auditorio como parte de su programa para la Capitalidad de Cultura Europea 2016. Torun, ciudad de Polonia, es conocida por ser la ciudad de Copérnico y por su perfectamente conservado centro histórico medieval declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El concurso y el correspondiente encargo fueron ganados por el estudio de Fernando Menis.

La parcela de Jordanek con una superficie de siete hectáreas se encuentra en el borde de este casco urbano medieval, dominado por el color rojo del ladrillo y limita el nuevo desarrollo de la ciudad. Al lado de la antigua muralla, que fue reconvertida en parque y que ahora bordea el centro como un arco verde gigante, se hallan un Centro de Arte Contemporáneo y edificios representativos de la ciudad con cierto valor arquitectónico.

El Ayuntamiento exigía la ordenación de dicha parcela con un programa que incluye el Auditorio, un Hotel y un Centro de Congresos. Se trataba de conjugar los requisitos del programa con cierta sensibilidad frente al delicado entorno paisajístico y cultural en que se inserta dicha ordenación.

NORMATIVA RESTRICTIVA

La mitad de la superficie de la parcela se destina a parque, ya que la proximidad del arco verde impone la percepción de la actuación como la de un gran espacio libre. Por otro lado, la vista panorámica desde el río, considerada como el segundo "milagro" de arquitectura y naturaleza en Polonia, debe mantenerse intacta, por lo que resulta indispensable que la altura del auditorio sea la menor posible. Además de ajustarse a la restrictiva normativa, el proyecto ha de ser capaz de desarrollar la sensibilidad suficiente para enfatizar los valores históricos circundantes y responder al nuevo desarrollo que articula.

El auditorio resolverá la fusión entre lo nuevo y lo viejo a través del empleo de materiales. El interior es de ladrillo, material tan presente en las fachadas del centro histórico que hasta se dice que es posible tocar el gótico en sus calles. El exterior se resuelve con hormigón muy claro, casi blanco, y deja aparecer el revestimiento interior en sus huecos, a modo de rasgaduras. La fachada reinterpreta así la tradición artesanal del ladrillo al tiempo que establece un paralelismo entre la tectónica de la ciudad y la situación estratégica de la parcela. El juego de colores, rojo y blanco, enfatiza esta dicotomía entre la herencia sugerida por el empleo del ladrillo y la tecnología y modernidad de los nuevos desarrollos urbanos.

El edificio con una superficie total construida de 12.000 metros cuadrados, tendrá un programa complejo y flexible. La particularidad de la solución incluye la posibilidad de unir las dos salas requeridas, de 1000 y 300 plazas, para espectáculos conjuntos. El edificio es capaz así de albergar multitud de eventos diferenciados y se adapta, como una esponja, a un amplio espectro de situaciones. Además se ha previsto la posibilidad de abrir la sala de conciertos al exterior a través del escenario. Como una puerta, esta medida complementa el carácter abierto y permeable del edificio, que permite al usuario pasar a través de él* hacia la plaza, estableciendo una total continuidad con el espacio público.