El edificio de las antiguas viviendas de maestros adscritas al colegio Hernández Melque, en Güímar, está formado por 20 pisos, algunos de ellos dedicados a la acogida de menores en situación de desamparo y otros, por mujeres que han sufrido maltrato. Entre las casas restantes, hay varias ocupadas indebidamente.

Este extremo ha sido objeto de crítica por parte de algunos vecinos que se quejaron de "la actitud del gobierno municipal, que se ha inhibido en este asunto a pesar de que conocen la presencia de esos okupas". Sin embargo, las autoridades municipales han trasladado el asunto a la Policía Local, que ya ha realizado una inspección.

Así lo asegura la concejal de Servicios Sociales, Carmen Luisa Castro, quien coincidió con los vecinos en que hay cinco pisos ocupados gratuitamente "y de los que cada medio año se hace una revisión de sus condiciones sociales y económicas para determinar la renovación o no del contrato".

Del grupo de vecinos que accedió al inmueble una vez fue revertido al Ayuntamiento de Güímar por la Consejería de Educación, hecho ocurrido hace más de una década, sólo uno ha abandonado el edificio porque le fue concedida una vivienda de protección oficial.

Luz y agua

Se trata de pisos de dimensiones pequeñas en los que, según sus usuarios, no se les permite realizar mejoras. El estado de la instalación eléctrica "supone un auténtico peligro porque hay riesgo de un cortocircuito". En cuanto al abastecimiento de agua, "la situación es horrorosa porque las tuberías están oxidadas dada la antigüedad de la instalación".

Carmen Luisa Castro admitió que la edificación tiene algunas deficiencias, anunciando que el ayuntamiento procederá a arreglar la instalación eléctrica y a mejorar otras cuestiones.