El presidente de la Sociedad española de nutrición comunitaria, el doctor Javier Aranceta, afirmó hoy que el agua del grifo es tan sana como la embotellada, aunque en determinados puntos del Estado sea "más agradable al paladar" la que proviene de manantiales tradicionales.

Aranceta es uno de los expertos que tienen previsto participar esta semana en unas jornadas sobre la gestión responsable del agua mineral natural y sus implicaciones en la salud en el balneario pontevedrés de Mondariz, que han sido organizadas por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

En declaraciones en víspera del inicio de esas jornadas, el experto en temas de salud señaló que, por término medio, las personas consumen diariamente de 1,5 a 2 kilogramos de alimentos sólidos y cerca de tres litros de agua, y señaló que este último elemento, "desde el punto de vista bacteriológico, está bastante bien" en España, tanto la del grifo como la enbotellada.

Añadió que en calidad "organoléptica", como consecuencia del filtraje o de la incorporación de cloro, en algunos puntos de la geografía española, especialmente en zonas costeras, "no es tan agradable al paladar" la del grifo, lo que genera que haya un mayor consumo de agua envasada.

Un reciente estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre más de una treintena de aguas minerales envasadas concluyó que éstas "no son necesarias" para una buena salud, a pesar de la publicidad de alguna marca, y observó que la del grifo es más barata y no genera residuos para el medio ambiente.

"El agua embotellada tiene mayores garantías en cuanto a sus componentes", comentó el doctor Aranceta, quien subrayó que muchas de ellas están envasadas en lugares "libres de contaminantes", por lo que tiene una grado más elevado de "pureza".

Preguntado acerca de las críticas sobre las consecuencias medioambientales del consumo de agua mineral, como consecuencia del consumo de energía fósil para su transporte y, sobre todo, de los residuos generados por las botellas de plástico, señaló que el sector está tomando conciencia de ello.

Apuntó que hay determinadas aguas que "mejoran la digestión o minimizan pequeñas afecciones digestivas", además de tener "un componente nutricional", por ser "ricas en potasio, calcio, hierro o silicio", por lo que concluyó que en relación "coste-beneficio" o en "coste social" es mejor consumir agua mineral.