Con el grito de "¡Basta!" salió ayer a las calles de la capital tinerfeña Intersindical Canaria (IC), que congregó, según fuentes de la organización, a 5.000 manifestantes, número que la Policía Nacional rebajó a 1.400. IC, que contó con el apoyo del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Canarias (STEC) y de grupos y formaciones nacionalistas como ANC, rechazó la reforma laboral, que entiende como una "agresión" del Gobierno estatal a la clase trabajadora canaria en la que, además, "participa" el Gobierno autónomo.

Durante la marcha de IC, que partió de la plaza de Weyler a las 19:15 horas y recorrió las calles de Méndez Núñez, El Pilar y Villalba Hervás hasta concluir, a las 20:20, en la plaza de España, se corearon vítores a favor de la independencia de Canarias y contra el Estado español. La manifestación discurrió lenta y sin incidencias, aunque bajo un aguacero intermitente que restó algunos simpatizantes a medida que avanzaba.

Cabe recordar que IC presentó un preaviso de huelga específico para el Archipiélago. La comisión ejecutiva del sindicato situó entre el 40% y el 50% el seguimiento de ese paro, por debajo de lo estimado por las organizaciones sindicales de ámbito nacional. El responsable de comunicación de IC, Jaime Bethencourt, subrayó que la jornada de ayer estuvo "condicionada por dos aspectos importantes: una campaña previa de acoso a la representación sindical de los trabajadores, que tenía el obvio objetivo de intentar hacer fracasar la huelga, y una segunda ofensiva por parte del Gobierno autónomo en favor de la reforma laboral y contra la movilización".

En este sentido, indicó que "cuando daba la impresión de que los partidos que componen el Ejecutivo canario no tenían nada que ver con esa reforma, han aparecido cogidos de la mano del Gobierno estatal cargando contra la aspiración de los sindicatos de tener éxito". Además, IC considera que las políticas económicas de ambos Ejecutivos "coinciden en la misma estrategia: proteger las grandes fortunas e impulsar la ayuda a bancos y cajas de ahorros, pretendiendo que los trabajadores paguen la crisis capitalista".

La iniciativa de IC, además de reflejar la oposición del sindicato nacionalista a la reforma laboral, también respondió a "todos los aspectos sociales y laborales que sitúan a Canarias, en particular, en situación de emergencia", señaló Bethencourt. Los 80.000 hogares isleños que no tienen ingreso alguno, la tasa de paro más elevada del país (30%), el enquistado desempleo juvenil, los porcentajes de pobreza o la brecha salarial que separa a los trabajadores canarios de la media nacional fueron de nuevo esgrimidos por Intersindical en la manifestación de ayer.

Los responsables del sindicato se mostraron "satisfechos" con el resultado del paro general en las Islas a pesar de que el Gobierno autónomo fijó unos servicios mínimos que consideraron "claramente abusivos y anticonstitucionales -y que ya han anunciado que recurrirán en los tribunales-, sobre todo en áreas como la sanidad, en la que más del 90% de los trabajadores ha tenido que realizar su actividad". Su responsable de comunicación también censuró "otro tipo de maniobras de la patronal, como preguntar a los empleados desde el día anterior si iban a hacer huelga o no, que no son correctas".

Miedo a secundar el paro

Asimismo, aludió al "alto porcentaje de temporalidad laboral" como otro de los factores que restaron efectividad a la huelga, puesto que, a juicio de IC, "provoca un importante nivel de temor a secundar una huelga, sobre todo en aquellos sectores con mayor precariedad, donde algunas empresas alcanzan el 60% en las Islas".

"La reforma afecta a todos los trabajadores, no sólo a algunos, y es un canto a la esclavitud de los trabajadores canarios", se escuchaba ayer de forma recurrente desde el coche que abría la marcha nacionalista. "Ésta es una protesta social que tiene que ser oída tanto por la Administración española como por la autonómica, porque se ha descubierto que ambas son una misma cosa. La canaria es una prolongación, el brazo ejecutor del PSOE en territorio isleño de la reforma laboral y de una política económica que está permanentemente machacando a la mayoría social de Canarias", argumentó Bethencourt.

Aunque aseguró que la actuación de los piquetes informativos no ocasionó ningún altercado de relevancia, el portavoz de Intersindical criticó "el acoso policial permanente allá donde iban.".