La guerrilla de las FARC ha reiterado su disposición a dialogar con el Gobierno de Colombia sin las condiciones impuestas por el presidente Juan Manuel Santos, que exige a los rebeldes muestras de que abandonarán actividades como el secuestro y el terrorismo.

El Bloque Sur "reitera" la disposición de las FARC "para conversar con el actual Gobierno y encontrarle una salida política al conflicto social y armado que vive el país, pero sin ningún tipo de condicionamiento", según un comunicado de esa facción de la guerrilla difundido hoy.

"Lo que el presidente (Santos) está exigiendo para conversar deberá ser el resultado de un acuerdo de paz y no la condición previa al diálogo", subraya el texto de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El comunicado, firmado por el Estado Mayor del Bloque Sur de las FARC y fechado en septiembre de 2010 en las "montañas del Caquetá", fue divulgado por la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), afín a los rebeldes, en su página web.

La guerrilla recuerda que su jefe máximo, Guillermo León Saenz, alias "Alfonso Cano", hizo una "invitación pública" a Santos "para sentarse a conversar" y que la respuesta del mandatario, en su discurso de posesión del pasado 7 de agosto, fue "inaceptable, arrogante y triunfalista".

Desde que asumió la Presidencia, Santos ha insistido en que solo dialogará con las FARC si esta guerrilla da muestras claras de que va abandonará el secuestro, el terrorismo y el reclutamiento forzado de menores, entre otras prácticas delictivas.

"Mientras haya guerra, habrá actos de guerra de parte y parte", afirman las FARC.

El Bloque Sur, que actúa en las regiones sureñas de Colombia cerca de la frontera con Ecuador, sufrió el pasado domingo un duro golpe militar que acabó con la vida de uno de sus jefes y líderes políticos, alias "Domingo Biojó", y con la de otros 26 combatientes.

El frente 48 de ese Bloque Sur, al que pertenecían los fallecidos, fue el autor el pasado 10 de septiembre de un ataque que causó la muerte de ocho policías en el departamento del Putumayo, fronterizo con Ecuador, según las autoridades.

Solo este mes de septiembre, las FARC y la también guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) han matado a unos 40 policías y militares en diversos ataques y emboscadas, lo que ha llevado a la ONU a expresar su preocupación por el aumento de las hostilidades en Colombia.

El hecho más grave ocurrió el pasado 1 de septiembre durante una emboscada de las FARC en el departamento del Caquetá (suroeste), donde fallecieron 14 policías.

El Gobierno denunció entonces que la guerrilla actuó con saña al afirmar que los policías cayeron en un campo minado, les dispararon ráfagas de fusil y después fueron rociados con gasolina, por lo que algunos cuerpos quedaron incinerados.

Sin embargo, las FARC afirman en el comunicado difundido hoy que la incineración de los cadáveres fue resultado de la "explosión" de la gasolina de un vehículo, "y no un hecho intencional y perverso (...) como manipuladoramente lo está presentando el Gobierno".