El Govern blindó ayer por primera vez el monumento a Rafael Casanova en Barcelona, que no exhibía ayer la bandera independentista, para evitar las habituales protestas de radicales en la celebración de la Diada de este año, una jornada cívica y festiva marcada por la cercanía de las elecciones.

Si bien la tradicional ofrenda ha perdido tensión reivindicativa por la ampliación del perímetro de seguridad al monumento de la figura emblemática del catalanismo, el acto organizado por el Govern y el Parlament en el parque de la Ciutadella de Barcelona reunió a unos 15.000 catalanes que siguieron una serie de actos culturales para reivindicar el catalán.

El trasfondo de la crisis, que marcó la Diada del año pasado, se coló en la ofrenda floral a la tumba de Rafael Casanova en la iglesia de Sant Baldiri de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), en donde medio centenar de trabajadores de SAS protestaron ante el presidente catalán, José Montilla, por el cierre de su empresa.

Sin los abucheos e insultos de otros años, el presidente catalán, José Montilla, y el Govern abrieron las ofrendas florales a Casanova de las delegaciones de partidos y entidades catalanas, en las que destacó la presencia del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que dejará el Gobierno tras la huelga general para incorporarse a la candidatura del PSC.

La cercanía de la cita electoral del 28 de noviembre y las réplicas de los candidatos a la Generalitat al discurso institucional de Montilla pronunciado el viernes, fue el hilo conductor de las intervenciones políticas.

El líder de CiU, Artur Mas, y el secretario general de la federación, Josep Antoni Duran Lleida, tildaron de "electoralista" a Montilla por un discurso que tampoco gustó a ERC, y en el que el president defendió que la "unión" y la "concordia" con España se im-ponga frente a la "pulsión separadora" de quienes intentan dinamitar los puentes con el resto del Estado.

El líder de ERC, Joan Puigcercós, reprochó a Montilla su "visión demasiado partidista", y le replicó que la voluntad "mayoritaria" de la sociedad catalana es decidir su futuro.

Puigcercós lideró la ofrenda de la delegación de ERC al monumento a Casanova, para lo que tuvo que adelantar en el último momento a la delegación de Solidaritat Catalana per la Independència para realizarla antes que su líder, Joan Laporta.

La presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, que no acudió a la ofrenda floral al igual que Ciutadans, dijo que "el próximo Govern tiene que hacer una profunda reflexión sobre la celebración de la Diada", y pidió un 11 de septiembre en donde no todos los actos sean de perfil reivindicativo.

Laporta responde a Montilla que "el único separador es el Estado"

El líder de Solidaritat Catalana per la Independència (SCI), Joan Laporta, aseveró que el "único separador es el Estado", que aleja a Cataluña cada vez más de España, en respuesta a la declaración institucional del presidente José Montilla. Laporta se pronunció en este sentido en declaraciones a los medios en su primera Diada como dirigente político y tras ser preguntado por su valoración del discurso institucional de Montilla con motivo del 11 de septiembre, una alocución que ha tachado de "desafortunada". "Aquí hay unos separadores que nos alejan cada vez más y que nos llevan a la conclusión de que Cataluña necesita un estado propio en el seno de la UE", señaló Laporta. El candidato de Solidaritat Catalana cargó contra el gobierno catalán y los actuales dirigentes políticos por considerar que "han llevado a Cataluña al empobrecimiento identitario, económico y democrático". Así, Laporta acusó al tripartito de "mirar hacia otro lado" y de no afrontar los problemas reales de Cataluña. Expresó su deseo de que éste sea el último año en que se celebra una derrota en la Diada y se mostró convencido de que tras las próximas elecciones Cataluña celebrará su independencia.