Juan Francisco Marrero, el tetrapléjico que, presuntamente, ha sido víctima de una denuncia falsa de maltrato, no pudo entrar en su casa el viernes por la tarde, a pesar de contar con una orden judicial que le permitía el acceso a su vivienda, sino que pasó la noche en la Comisaría de la Policía Nacional de Pérez de Ayala, después de que su ex pareja entregara a la policía, esa misma tarde, unas viejas armas que guardaba en su piso, alegando que eran de Marrero. Lo curioso es que este tinerfeño lleva cinco años sin pisar su vivienda, siempre por la negativa de su ex pareja, que es la ocupante del hogar desde el año 2005.

Ha hecho falta otra orden judicial para que Juan Francisco saliera ayer de la comisaría y, por fin, pudiera ir a su hogar, cuya hipoteca abona en su totalidad desde que lo compró, aunque apenas lo ha usado.

Marrero testificó ayer en los juzgados de Santa Cruz y quedó en libertad. La juez también tomó declaración a un hijo de la pareja, que es mayor de edad, y ratificó que su padre nunca ha cometido el maltrato que denuncia su madre y que es incapaz de hacerlo, porque tiene una gran invalidez en los miembros inferiores y superiores y necesita ayuda para cualquier movimiento. Este gran dependiente sufrió un accidente laboral muy grave hace siete años y por falta de cuidados se ha degenerado de tal forma que está diagnosticado como gran dependiente.

Ana Galván, la abogada de Marrero, que ha visto las artimañas usadas por la ex pareja de Marrero para expulsarle de su casa, solicitó ayer al Juzgado el arresto de María Mercedes Hernández, precisamente, por ser ella la que ha estado durante años en posesión de armas sin la licencia correspondiente.

Marrero se vio obligado a pernoctar una noche en una comisaría donde no existe un cuarto de baño adaptado para dependientes y, ni siquiera, una cama. Sus vecinos tuvieron que llevar a la citada comisaría "el chato", además de la cena.