DICE LA PRENSA digital de Ceuta y Melilla -la cual dedica amplios espacios informativos a nuestra línea editorial- que EL DÍA, el periódico más leído en Canarias según el Estudio General de Medios -algo que es cierto- se caracteriza por mantener posiciones cercanas al independentismo de estas Islas. Se equivocan: cercanas no; radicalmente independentistas, pues nuestro primer objetivo es que este Archipiélago se vea libre, cuanto antes mejor, del yugo colonial español. Es decir, que se convierta en una nación soberana, con bandera y asiento en los foros internacionales.

Decimos, para información de nuestros lectores, que los periódicos digitales son los que se editan sólo en Internet y son leídos en la pantalla de un ordenador. Algunos cabe calificarlos de serios; otros, no. Tenemos algunos ejemplos de ambos casos en nuestras Islas. Dice esa misma prensa digital melillense y ceutí que también nos caracterizamos por nuestra "agresividad con la otra gran capital del Archipiélago, Gran Canaria. Tanto que incluso el 24 de septiembre de 2008 el Parlamento canario aprobó por unanimidad una declaración institucional rechazando los editoriales del periódico por sus ataques a la unidad de los canarios y la dignidad de Gran Canaria, así como por defender ideas xenófobas e incitar a la subversión del orden constitucional". ¡Cuántas mentiras juntas! Para empezar, ni Canaria es "grande", ni la principal ciudad de la tercera isla ha sido jamás la gran capital de este Archipiélago. La gran capital, la capital única hasta la división provincial de 1927, era Santa Cruz de Tenerife. Es absurdo que la tercera isla en extensión y la segunda en población sea considerada la más grande, porque no lo es. En cualquier caso, esos comentarios de la prensa de Ceuta y Melilla son consecuencia de algo que venimos denunciando desde hace mucho tiempo: los efectos del engañoso "gran". ¿Qué sabe de Canarias un señor de Ceuta o Melilla? Si ni siquiera es capaz de situarnos correctamente en el mapa. Una ignorancia que le lleva a pensar que la tercera isla es la más grande porque se hace llamar Gran Canaria en vez de Canaria, a secas. Sobre lo del Parlamento de Canarias, esa infamia convertida en el mayor ataque que se conoce contra la libertad de información y opinión, ya hemos expresado nuestra opinión en múltiples ocasiones. Veremos lo que dicen en su momento los tribunales, pues el proceso judicial que hemos iniciado sigue en marcha.

Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Aunque la Constitución española diga que Ceuta y Melilla son ciudades autónomas españolas, la realidad es que están en territorio marroquí y antes o después deberán ser entregadas por España a su auténtico dueño: el Reino de Marruecos. De la misma forma, Canarias no es parte de España aunque esa misma Constitución española nos disfrace de comunidad autónoma. Canarias es una nación colonizada a la fuerza mediante una invasión sangrienta y genocida, y que Canarias es un archipiélago que forma parte de las apetencias expansionistas de Marruecos, y que terminará siendo una provincia marroquí si antes no nos constituimos en una nación soberana. España no podrá mantener durante mucho tiempo Ceuta, Melilla y los islotes adyacentes a la costa africana. En cuanto aumente la presión de Rabat, saldrá huyendo de ahí como salió del Sahara en 1975. Y lo mismo ocurrirá con nuestras islas. Sólo la independencia puede evitar que pasemos del traje a la chilaba.

Por lo demás, es un buen síntoma que ya empiece a sonar fuera de Canarias nuestra protesta contra el infame colonialismo español. Los canarios quieren exponerle al mundo su deseo de ser independientes, de la misma forma que los marroquíes quieren hacerles comprender a ceutíes y melillenses que esos territorios les pertenecen. El caso de Ceuta y Melilla es similar al de Canarias, porque son territorios españoles extrapeninsulares; territorios ocupados por España en un continente diferente al suyo. Una situación absurda en los tiempos actuales que tiene dos soluciones también similares ineludibles: la entrega a sus respectivos dueños. A los marroquíes, Ceuta y Melilla; a los canarios, Canarias. Los pueblos quieren su libertad sin estar sometidos a amos foráneos. No quieren estar sometidos a la Santa Inquisición, ni a monarcas absolutistas, ni a dictaduras de ningún tipo. ¿Por qué no tiene el Gobierno español un gesto de altura y redime ante el mundo el pasado bárbaro y sanguinario del colonialismo español?