La reforma de la calle Zamora, en el Puerto de la Cruz, ha dejado en la cuneta a ocho empresas desde que se inició a principios de este año y se prevé un retraso de cuatro meses más en su prolongación desde la Punta del Viento. El malestar de los empresarios de la zona es generalizado, según pudo constatar ayer EL DÍA, ante las repercusiones que se derivan de la falta de planificación y del incumplimiento de los plazos en la ejecución de este proyecto que se considera indispensable para la regeneración del espacio público de la ciudad y que sufraga la Dirección General de Infraestructuras Turísticas del Gobierno de Canarias. Al descontento por el procedimiento empleado en la realización de las obras, suman las críticas por la posible falta de seguridad que se evidencia en la sustitución del muro de piedra por unas barandas metálicas y transparentes en el mirador de la Punta del Viento.

El presidente de la Asociación Local de Comerciantes e Industriales del Puerto de la Cruz (ALCIPC), Juan Carlos Arricivita, expresó a este periódico su preocupación y desconcierto por la evolución de los acontecimientos. Expresó su temor de que no se cumplan las previsiones de acabar los trabajos en el plazo inicial establecido de ocho meses. Aclaró que "la realidad es que habrá un retraso de cuatro meses. Creemos que se ha dispuesto del tiempo preciso para acabar las obras, pero con el personal existente resulta complicado que se lleven a buen puerto".

Ya en el mes de febrero se advertía de la incidencia de la planificación de las obras en el comercio hasta tal punto de generar una caída de las compras de un 60%.

El empresario Ramesh Gordhan, que tiene un bazar frente a la Punta del Viento, se posicionó con el sentimiento generalizado de frustración por la marcha de las obras, que, en su opinión, "son necesarias para la ciudad, pero entendemos que se debió consultarnos con suficiente antelación para organizarnos y no a tres días vista del comienzo de la segunda fase, que se inicia en este tramo, sin haber acabado la primera. A modo de ejemplo, como se puede ver, sólo hay cinco personas trabajando en la obra".

En su caso, precisa que "para este mes de agosto efectuamos una previsión de compra ante la llegada de turistas y nos vamos a encontrar en una situación comprometida si nos cierran la calle. Agosto es el mes en que podemos recuperar algo de lo perdido durante el año; ahora, ni eso, por lo que se ve. En el ayuntamiento se nos advirtió de que nosotros sabíamos desde hace meses lo que iba a ocurrir, pero no nos vale que nos avisen con tres días de antelación de que van a cerrar y romper".

El presupuesto del segundo tramo de una de las principales arterias de la ciudad asciende a 1,3 millones de euros que se sufragan con cargo a los fondos del Gobierno de Canarias.

El concejal de Urbanismo, Guillermo Meca, indicó que "en apenas un año la ciudad turística experimentará un cambio jamás visto, que redundará en una mayor y mejor dotación de servicios".