La historia del puerto industrial de Granadilla es, para Greenpeace, "el ejemplo mismo de la irracionalidad, un proyecto que pretende destruir seis kilómetros de costa en excelente estado de conservación", según indica su informe. Este proyecto es, para la ONG internacional, una muestra de "desprecio por el medio ambiente".

"Abandonada por las autoridades ambientales, hoy Granadilla depende de la Justicia", se lamentan los ecologistas. Sin embargo, el informe "Destrucción a toda costa" no incluye los últimos acontecimientos: la orden de reanudar las obras de la infraestructura portuaria después de que el Parlamento canario aprobase el nuevo Catálogo de Especies Protegidas, que descataloga los sebadales -praderas submarinas- presentes en la zona.