El Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de la Comandancia de Santa Cruz de Tenerife acusó ayer a P.L., de 38 años y de nacionalidad húngara, del homicidio de su esposa, identificada como E.K.B., de 37 años y de la misma nacionalidad. Ambos residían en una vivienda de Valle San Lorenzo, en el municipio de Arona, junto a dos hijos menores de edad y no existían denuncias previas por maltrato. El arrestado acudió el pasado jueves, día 8, a denunciar que su mujer había desaparecido en el puesto de la Guardia Civil de Playa de las Américas, ya que no se incorporó a su trabajo ni había llegado a su casa.

Los agentes realizaron una primera inspección en el domicilio y observaron indicios que alertaron a los investigadores. La detención del individuo se produjo el pasado viernes y, a la vez, comenzó una búsqueda de la víctima por los alrededores de la casa y zonas limítrofes. A las 13:30 horas de ayer se encontró el cuerpo sin vida de la mujer en una pista forestal junto al campo de fútbol de El Roque, en el municipio de San Miguel de Abona. El cadáver presentaba numerosos signos de violencia y estaba tapado con una sábana.

La víctima trabajaba en un establecimiento comercial de la zona de embarque del Aeropuerto Tenerife Sur-Reina Sofía. De hecho, la mujer húngara se la consideraba como una empleada muy responsable, que solía abrir el local de venta de joyas de cristal de forma puntual. Por esa razón, a los compañeros les llamó la atención que no acudiera a su puesto de trabajo la mañana del pasado jueves. Y dieron un paso que fue muy importante, pues decidieron llamar al teléfono de la vivienda de la mujer. Al otro lado de la línea respondió su pareja, quien aseguró que no sabía dónde estaba ni lo que le había pasado. Además, a los compañeros de la fallecida también les resultó curioso la falta de interés del citado individuo por conocer dónde podía estar su mujer.

Supuestamente, esa llamada contribuyó a ponerlo muy nervioso y decidió acudir a denunciar la desaparición de su mujer en el puesto principal de la Guardia Civil de Playa de las Américas.

Los agentes del Equipo de Policía Judicial le tomaron declaración, como corresponde en estos casos. Y se percataron de que el individuo estaba muy nervioso. Tal actitud les resultó sospechosa, por lo que decidieron proseguir las preguntas y efectuar una inspección de la vivienda de Valle San Lorenzo.

Fue en ese edificio donde los guardias civiles encontraron rastros de sangre en el suelo del garaje, así como en el interior del maletero y en un lateral del coche del hombre. El acusado toca en un grupo musical que actúa en un hotel del Sur de la Isla y, en un primer momento, argumentó que los restos de sangre procedían de una herida que se produjo al cargar uno de los instrumentos. Sin embargo, a los investigadores tal declaración les pareció una excusa muy débil, por lo que decidieron continuar con el interrogatorio. Además, se pusieron en contacto con los compañeros del grupo musical, quienes coincidieron en afirmar que no había acudido a la última de sus actuaciones. Posteriormente, el húngaro detenido afirmó que, al llegar a su casa, encontró a su pareja casi muerta, después de que varias personas entraran a robar al domicilio, por lo que decidió llevarla en su coche y dejarla en un descampado.

El suceso ha generado una gran conmoción entre todos los trabajadores del Aeropuerto Tenerife Sur, "porque aquí nos conocemos todos, desde el policía hasta el trabajador de la limpieza", como explicó la empleada de una tienda.

Es la quinta mujer que fallece en la Isla por un supuesto caso de violencia de género del presente año.

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