María Jesús García Sánchez, titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer, número 1 de Santa Cruz de Tenerife, dictó ayer una orden de alejamiento contra Juan Francisco Marrero García, tetrapléjico, en base a la denuncia interpuesta el lunes por su ex mujer, quien declaró que al ir a hablar con él "la cogió por el hombro, la agarró del pelo y la arrastró hasta el suelo, dándole con los pedales de la silla de ruedas y golpeándose en el empeine de ambos pies".

Basta con contemplar un solo minuto a Juan Francisco Marrero para darse cuenta de que no tiene fuerza en sus extremidades, ni superiores ni inferiores para arrastrar nada. Además, la orden de alejamiento se hace extensiva para el hijo menor de ambos, de 17 años, que en el conflicto verbal que mantuvieron sus padres, salió en defensa de su progenitor.

Tal y como relataron a este periódico testigos presenciales de los hechos que sucedieron ayer en el Juzgado de la Mujer, "la jueza ni miró a Juan Francisco Marrero, sino que se limitó a leer las declaraciones para dictar el auto".

Lo más incomprensible del caso es que la jueza echa a Marrero de su casa, a pesar de estar totalmente adaptada a su discapacidad, y deja en ella a María de las Mercedes Hernández, su ex mujer, que "no vive en el domicilio propiedad de Marrero porque tiene otra pareja", tal y como figura en la página 2 del acta de declaración de Mercedes Hernández, tomada por la secretaria judicial.

Tras el auto, la abogada del vecino de Santa Cruz, atendiendo a que su cliente no tiene autonomía por la tetraplejia que padece, solicitó a la jueza María Jesús García que activara a los servicios sociales, para que se hicieran cargo de este vecino, que se quedaba en la calle. Sin embargo, no obtuvo respuesta. Hay que tener en cuenta que Marrero está diagnosticado con "gran invalidez" y fractura de cadera.

Gracias a la atención desinteresada de la Policía Local de Santa Cruz, Marrero pasó ayer la noche en el Albergue Municipal, mientras espera que hoy se atienda el recurso de apelación que la letrada pretende presentar en el Juzgado.

Juan Francisco Marrero quedó tetrapléjico hace siete años, tras sufrir un accidente laboral, cuando trabajaba en la BMW.

En ese momento, la familia vivía en San Matías (La Laguna) y después de pasar 40 días en coma, salió del hospital. Estuvo en un centro de rehabilitación en el Sur. Esto motivó que Marrero comprara una casa en Añaza, un piso bajo sin barreras, adaptado a su dependencia.

Casi sin estrenar su casa

Pero, hace cinco años, su pareja decidió internarlo en el centro de mayores de Ifara, de donde Marrero salió el pasado domingo.

"Cuando volví a mi casa, ella me dijo que me fuera inmediatamente y quiso pegar a nuestro hijo menor, pero yo le agarré la mano como pude y por eso me denunció", explicaba ayer serenamente Marrero en la puerta de los Juzgados, donde permaneció desde las tres de la tarde hasta las 19:30 horas, momento en el que fue trasladado al albergue.

Mientras se despedía de él, una vecina solicitó a los responsables del albergue que le permitieran llevarle las pastillas que tiene que tomar Marrero cada día.