El Plan Especial de Protección del Casco Histórico del Puerto de la Cruz, aprobado de forma inicial por el Ayuntamiento portuense hace unos días, prevé que todas las vías abiertas al tráfico se pavimenten con adoquines, mientras que las peatonales se construirán con piedra molinera. El edil de Urbanismo, Guillermo Meca (PP), subraya que esta normativa dará como resultado una ciudad mas atractiva, "con una estética más homogénea", y servirá como revitalizador económico de la ciudad, "cuyo casco recuperará su esencia y será a la vez un gran centro comercial abierto".

El regreso de los adoquines y la piedra molinera, en detrimento del asfalto, es sólo una de las medidas de un plan que también prevé abrir el casco al mar; proteger todas las edificaciones singulares; conservar las casas terreras, especialmente las del núcleo tradicional de La Ranilla, o eliminar barreras.

Meca subraya que este plan permitirá que el Puerto de la Cruz resalte sus atractivos históricos, que deben protegerse y rehabilitarse, y su cara más moderna". A su juicio, su gobierno trata de cambiar la imagen de la ciudad con este plan, pero también con ordenanzas como la de cartelería.

"Queremos una ciudad capaz de volver a ilusionar al mundo con sus atractivos, como ya ocurrió en el pasado", resaltó el edil del PP.

Una de las virtudes de este plan es que, según remarca Meca, "con independencia de la alternancia política, garantiza la uniformidad en los criterios estéticos de los edificios y también en el plano urbanístico, que ya no dependerá de criterios personales".

Una de las actuaciones más importantes de las contempladas en el plan es la demolición parcial de los muros y almenas de la plaza de Europa para abrir la zona al mar. La idea es crear una especie de grada para que los viandantes puedan disfrutar de las vistas al océano. También prevé la construcción de nuevos aparcamientos.