El Parlamento francés comenzó hoy el debate del proyecto de ley del Gobierno que incluye la prohibición en todo espacio público del país del velo integral, que podría convertir a Francia en el segundo Estado europeo que veta esa vestimenta.

Los miembros de la Asamblea Nacional iniciaron sus debates a última hora de hoy, martes, en una tramitación parlamentaria que continuará hasta el día 9 y que conducirá a la votación del texto el próximo 13 de julio, víspera de la fiesta nacional gala en la que se reivindican los valores republicanos de un país constitucionalmente laico.

De aprobarse, y todo parece indicar que así será por el consenso mostrado por la mayoría de derechas y la oposición socialista, Francia será, después de Bélgica, el segundo país europeo que decide eliminar del espacio público, incluida la calle, esa forma de vestir.

"No es un problema de religión, es una cuestión de dignidad y de transparencia", declaró al comienzo de su intervención la ministra de Justicia, Michèlle Alliot-Marie, quien esgrimió razones de "orden público" para defender el proyecto de ley.

"Nadie puede llevar un vestido que oculte su rostro, eso es lógico", afirmó la ministra en alusión al contenido del texto que, después de su paso por la Asamblea, deberá enviarse al Senado, que lo examinará el próximo septiembre.

Alliot-Marie ya consideró antes de los debates "alentadoras" las recientes declaraciones del presidente del grupo socialista ante la Asamblea Nacional, Marc Ayrault, respecto al compromiso de la oposición de no oponerse al texto.

En efecto, los socialistas anunciaron que no se presentarán a la votación del texto, a no ser que se logren durante los debates modificaciones que les hagan cambiar de opinión, lo que hace que únicamente tres diputados ecologistas estén en principio dispuestos a pronunciarse en contra.

Según el proyecto de ley, en un periodo inicial de seis meses no se aplicarán las sanciones contra las mujeres que se cubran el rostro con burka o niqab, pero pasado ese plazo las multas serán de hasta 150 euros.

Quienes presionen a las mujeres para ir así vestidas se exponen a penas de hasta un año de cárcel y multas de hasta 150.000 euros.

"Es contrario al orden público social" y además es "un ataque a la dignidad de la persona incompatible con nuestros valores constitucionales", aseguró la ministra, quien reiteró que llevar un velo integral, que oculte el cuerpo y el rostro de una mujer, es "contrario al espíritu mismo de la República".

"Implica que hay un visión comunitarista de la sociedad", aseguró la representante del Gobierno.

Los socialistas llegan al debate en la Asamblea después de que su grupo en la Cámara advirtiera que la prohibición general del burka podía chocar con la Constitución francesa y, además, podría tener problemas prácticos de aplicación.

Han recordado que el Consejo de Estado de Francia, la máxima instancia administrativa del país, estimó el pasado marzo que la prohibición general del burka podría no ajustarse plenamente a Derecho.

Una "prohibición general y absoluta del velo integral" podría ser impugnada jurídicamente, señaló este órgano consultivo, que estimó que la prohibición conllevaría "fuertes incertidumbres" y sería "frágil" desde el punto de vista de la no discriminación.

No obstante, aunque consideró que la prohibición podría no ser Constitucional, sí que entendió que la obligación de mantener el rostro descubierto "en determinados momentos y lugares" es pertinente.

La ministra Alliot-Marie se ha distanciado de la dimensión religiosa de la polémica en relación con una vestimenta que, no obstante la numerosa población musulmana de Francia, sólo utilizan en torno a unas dos mil mujeres, en la versión más estricta (el burka que oculta totalmente a la persona).

Diversos sondeos publicados en las últimas semanas reflejan el amplio apoyo de los franceses a la prohibición del velo integral, lo que aleja la posibilidad de un distanciamiento entre los parlamentarios y la población en relación con esta iniciativa.

Antes del debate en la Asamblea, Amnistía Internacional Francia (AIF) instó a los diputados franceses a que rechacen el proyecto de ley y recordó que numerosos expertos franceses e internacionales han alertado de que la ley que pretende sacar adelante el Gobierno francés "contribuiría a estigmatizar a la población musulmana".

Además, AIF añadió que el "malestar" social que pueda generar el uso de un velo que cubre casi por completo el rostro de las mujeres "no puede utilizarse para justificar una restricción a la libertad de expresión".