El Gobierno del Reino Unido impulsará una investigación independiente, encabezada por un antiguo juez, sobre la posible implicación de agentes británicos en casos de tortura a sospechosos de terrorismo, según anunció hoy el primer ministro, David Cameron.

En una comparecencia en la Cámara de los Comunes, Cameron precisó que la investigación, que dirigirá el ex magistrado de la Corte de Apelaciones Peter Gibson, debería comenzar a finales de este año, con el objetivo de presentar sus conclusiones en el plazo de doce meses.

Antes de que empiece la investigación, el Gobierno se ha ofrecido a mediar con las personas, entre ellas ex detenidos en Guantánamo, que hayan presentado demandas civiles y penales contra el Estado británico, y ofrecerá compensaciones "cuando sea apropiado".

El tribunal investigador esperará a que estos pleitos progresen para iniciar los interrogatorios, lo que se espera que ocurra en los últimos meses del 2010.

Uno de los casos más notorios en el Reino Unido es el del ex preso del centro de detención de Guantánamo Binyam Mohamed, etíope residente en Gran Bretaña y quien ha acusado a los servicios secretos británicos de haber sido cómplices, al aportar información sobre él y sugerir preguntas, en las torturas que sufrió a manos de agentes de la CIA estadounidense.

En su intervención, Cameron advirtió de que la investigación será sólo parcialmente pública, ya que en ocasiones habrá que proteger secretos del Estado, pero aseguró que contará con la total colaboración de los servicios secretos británicos.

Se intentará averiguar, fundamentalmente, si, como sostienen algunas supuestas víctimas -por ejemplo, Mohamed-, los servicios secretos británicos participaron o fueron cómplices de torturas de sospechosos de terrorismo detenidos por otros países tras los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos.

La investigación tendrá "acceso a todos los documentos relevantes del Gobierno, incluidos los que guardan los servicios de inteligencia", señaló Cameron.

Tanto los conservadores como los liberaldemócratas, integrantes de la coalición gobernante, habían exigido la investigación pública de las acusaciones al anterior Ejecutivo laborista, el cual siempre negó las torturas, pero al mismo tiempo intentó bloquear la difusión de toda la información disponible sobre el caso de Mohamed.

Además de la oposición política, también habían reclamado una investigación oficial la comisión británica sobre derechos humanos, dos comisiones parlamentarias y varias organizaciones de defensa de los derechos civiles.

El anuncio de Cameron se produce tras la reciente publicación de un informe de la ONG Human Rights Watch que acusaba a los Gobiernos de Francia, Alemania y Reino Unido de usar información de servicios secretos extranjeros obtenida bajo tortura en la lucha contra el terrorismo.