El actual muelle pesquero del Puerto de la Cruz, cuya ampliación data de principios de los años 80 del pasado siglo, sigue siendo inseguro para la maniobra de las embarcaciones, tal y como se ha puesto de relieve en accidentes con víctimas o daños materiales. Este aspecto lo pone de relieve el recién elegido por unanimidad patrón mayor de la Cofradía de Pescadores del Gran Poder de Dios, Carlos Salvador Carrillo, quien asegura no perder de vista el anhelo del sector por contar con una nueva infraestructura marítima que contribuya a revitalizar la economía. Aludió a la promesa formulada por el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero Baute, en noviembre de 2009, con motivo de la reapertura de las instalaciones de la calle de Las Lonjas, de que destinaría dos millones de euros para emprender las tan esperadas obras.

Carlos Salvador Carrillo se considera un pescador de mar y de tierra, y su principal deseo es que se pueda conseguir un seguro que cubra la temporada de invierno para los pescadores cuya flota queda amarrada en el muelle por el mal tiempo reinante, y así puedan atender los pagos de la Seguridad Social en el período de inactividad. Ha compatibilizado las faenas en el mar y el comercio del pescado en tierra. Una profesión que ha heredado de su familia y que ejerce desde los 17 años.

Recuerda que se inició en las artes de pesca "al sustituir a un marino que tenía la función de achicar el agua del barco". El primer día en el mar, según narra, fue terrible, pues se mareaba. Luego, empecé a trabajar en el barco de mi madre, María Candelaria González. "Mi padre, Agustín Carrillo -precisa- fue el primer patrón mayor que tuvo la Cofradía, por aquella época no había estatutos, la sede estaba en mi casa".

Carlos Salvador Carrillo asegura que "el trabajo en el mar requiere muchas horas de dedicación, desde la madrugada aprovechábamos la prima, cuando se captura el chicharro y las caballas. Si no conseguíamos pesca permanecíamos en el mar para conseguir, al menos, sardinas".

Crisis

Lo más llamativo para este hombre curtido en la mar es la caída de las capturas pesqueras, hasta el 70%, con lo que convierte al pescado en auténtico artículo de lujo. Explica que "no se trata de que no se venda el pescado, sino de que falta oferta para cubrir la demanda".

La poca pesca que llega al puerto se despacha al momento porque hay bastante demanda. Ahora hay más demanda que oferta de productos del mar.

Los datos disponibles en la secretaría de la Cofradía son bastante elocuentes y ponen de manifiesto la crisis que padece el sector, al menos, en la ciudad turística. El pasado año se capturaron 8,3 toneladas de pescado, que difieren con los resultados en lo que va de año, con un 70 por ciento menos.

Los pescadores obtienen el sueldo justo para pagar la Seguridad Social y sus recursos sólo provienen del mar. No obstante, cuentan con subvenciones para equipamientos de embarcaciones.

Atribuye esta circunstancia a la práctica de artes prohibidas y a que los caladeros se van retrayendo hacia alta mar, mucho más lejos de las zonas habituales de faena, porque, conforme aclaró, "no hay que descuidar el hecho de que se realiza una pesca de bajura, que oscila entre una y dos millas náuticas. Además, los barcos son de poca envergadura o caballaje.

La pesca furtiva con trasmallo o fusil se ha convertido en un serio problema para nuestro trabajo. Nosotros no nos oponemos a la pesca submarina, pero pedimos que se utilicen y respeten las zonas acotadas para esa actividad de manera que no interfiera en nuestra subsistencia".

Para Carlos Salvador Carrillo (en la foto, a la izquierda), "la práctica de la pesca submarina fuera de las áreas reservadas para ello constituye una competencia desleal, pues nos consta que venden el pescado a la mitad de precio con respecto al que se sirve en las lonjas o puestos de primera venta".

La rehabilitación y puesta en valor de la sede de la Cofradía de Pescadores del Puerto de la Cruz ha permitido que los hombres y mujeres de la mar tengan una casa donde resolver sus problemas y expresar sus inquietudes. Un logro que ha sido posible, según Carlos Carrillo, en gran parte, a la gestión y apoyo del alcalde, Marcos Brito, y la acción del Gobierno de Canarias.

La Cofradía cuenta con un censo de 42 pescadores, de los que 26 son armadores. Se agrupan en categorías, los activos y no activos. El pescador que no esté activo no puede votar. En el muelle operan 28 embarcaciones.