El Parlamento de Canarias desprendía ayer el aroma de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Se intuía en las formas -sobrias, serias, de etiqueta- y se expresaba a través de las palabras.

El homenaje que rindió la Cámara regional a los cuatro presidentes canarios de la preautonomía, Alfonso Soriano, Fernando Bergasa, Vicente Álvarez y Francisco Ucelay, estos dos últimos a título póstumo, dejó entrever que, pese a ser la Transición una época convulsa en la historia de España y de Canarias, sirve como ejemplo de que las cosas se solucionan mucho mejor a través del diálogo.

Este fue el aviso a navegantes que lanzó Alfonso Soriano, presidente de la Junta de Canarias entre abril de 1978 y junio de 1979 y, en la actualidad, concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz, a todos los presentes en el acto organizado por la Mesa del Parlamento y en el que los homenajeados recibieron la Medalla de Oro.

Ante un salón de actos repleto de ex presidentes autonómicos y parlamentarios, senadores y diputados en activo, concejales y otras autoridades civiles y militares, Soriano recordó que en aquellos años las diferencias se sabían arreglar "dialogando" y destacó el abandono "desinteresado" que muchos hicieron de sus trabajos y carreras para hacer frente a la situación. Además, aseguró que están "equivocados" aquellos que pretenden revisar la Transición como un pacto vergonzante que se hizo "bajo la presión de los fusiles". "Eso es algo que no coincide con la verdad", afirmó Soriano, quien destacó el importante papel que jugaron el Rey Juan Carlos y Adolfo Suárez.

También elogió la figura de Suárez Fernando Bergasa, presidente de la Junta de Canarias entre junio de 1979 y junio de 1980 y junio de 1981 y junio de 1982. Curiosamente, Bergasa recibió la medalla de manos de Antonio Castro, que dio sus primeros pasos políticos en su mandato y al que definió como "un joven serio, circunspecto y muy inteligente".

Bergasa destacó los "importantes retos" que debieron afrontar los españoles en esta época de la Historia de España, y que ahora deben afrontar también en medio de una crisis económica.

La medalla de Vicente Álvarez la recogió su viuda, Leonor Gil. Su hijo Vicente recordó los muchos obstáculos que se sortearon en aquellos tiempos, en los que su padre fue presidente de la Junta, entre junio de 1980 y junio de 1981.

En nombre de Francisco Ucelay recogió la medalla su viuda, Olga Ruiz. Joaquín, su hijo, destacó la "vocación" política de su padre, presidente de la Junta preautonómica de junio de 1982 a diciembre del mismo año.

Cerró el acto Antonio Castro, presidente del Parlamento, quien reconoció que la Cámara cumplió ayer uno de sus más "nobles empeños" desde su fundación: hacer "estricta justicia" con la labor de los pioneros del autogobierno en Canarias.