El geólogo británico Simon Day, doctor por la Universidad de Oxford e investigador del University College de Londres, fue uno de los principales protagonistas de la polémica surgida en el año 2000 por la publicación de un estudio que preveía una supuesta catástrofe de dimensiones planetarias por el desplome de parte de la dorsal de Cumbre Vieja, en La Palma, lo que causaría un deslizamiento gigante y un posterior tsunami que arrasaría parte de Canarias, el Caribe y la costa este de Estados Unidos. Una década después, Day participa en el Puerto de la Cruz en la Conferencia Internacional Ciudades sobre Volcanes (CoV6-Tenerife 2010), se reafirma en sus criticadas conclusiones y augura que "la próxima erupción volcánica en Cumbre Vieja, en La Palma, aclarará si nuestra teoría es cierta o no".

¿Sigue defendiendo la teoría de que parte de la zona de Cumbre Vieja, en La Palma, podría desplomarse tras una erupción volcánica y causaría un enorme y devastador tsunami?

Sí, mantengo mi teoría. Cuando hicimos ese estudio nos basamos en una serie de observaciones sobre la historia del volcán y la forma en que ha cambiado su estructura en los últimos 10.000 años. Construimos una hipótesis que incluyó todos esos cambios en el volcán y determinó que la parte oeste de Cumbre Vieja se iría debilitando con el tiempo, lo que, eventualmente, podría producir un gran deslizamiento de terreno durante una erupción volcánica. Tenemos una serie de observaciones y una hipótesis y, hasta la fecha, no existe otra explicación mejor para esas observaciones. Nada lo explica tan bien como nuestra hipótesis. Han existido otros intentos de explicación, pero no son tan fiables.

Si tuviera que volver a presentar los mismos datos y conclusiones sobre La Palma, ¿volvería a explicarlo igual o cambiaría en algo su discurso de hace diez años?

Fundamentalmente, todo es válido. Las mediciones sobre la evolución y los cambios en el volcán son también válidos ahora.

¿Pero lo comunicaría igual?

Creo que sí. Estaba publicado en revistas científicas y, entonces, era perfectamente legítimo difundirlo en los medios de comunicación convencionales.

¿Cree que la polémica fue entonces una cuestión más periodística que científica?

Pienso que se produjo un problema concreto. Nosotros publicamos la investigación en revistas científicas y luego los medios de comunicación ingleses publicaron sus propios reportajes basados en ese estudio. El problema vino cuando en el resto del mundo no se basaron en el estudio científico original, sino en los reportajes de la prensa inglesa. Ahí surgieron reportajes hechos a partir de reportajes hechos a partir de otros reportajes, con varias traducciones de por medio. Y de ahí surgieron numerosos errores y falsas interpretaciones. Por ejemplo, hubo políticos de las Islas Canarias que reaccionaron frente al reportaje basado en otro reportaje que a su vez salió de otro reportaje. No es que hubieran leído el estudio científico original, contestaban a teorías digamos que de segunda mano. Lo mejor es, en estos casos, acudir al estudio científico del que surge todo.

¿Cuándo usted elaboró ese estudio pensó que diez años después seguirían preguntándole por él? ¿Imaginaba que causaría tanto revuelo?

Como científicos, somos muy conscientes de que cuando se hace una predicción que ronda la ciencia ficción, ya que hablamos de un posible evento en un posible futuro, se producirá polémica e interés. Lo que me ha desilusionado bastante es que diez años después se siga discutiendo la validez de este estudio. Lo que esperaba es que la investigación de esta hipótesis hubiera continuado. Esperaba que se hubieran hecho nuevos estudios para obtener nuevos resultados.

En este mismo congreso, científicos como Mercedes Ferrer, del Departamento de Riesgos Geológicos del Instituto Geológico Minero de España, han dicho que su teoría sobre el gran deslizamiento de La Palma "carece de fundamento científico"...

Nadie me ha explicado por qué. Nadie me ha dicho en qué estoy equivocado. Y vuelvo a insistir: nadie ha hecho otro estudio ni ha llegado a otras conclusiones con nuestros datos. Si un científico dice que no está de acuerdo, siempre debe explicar el porqué.

Ferrer comentó que los aparatos de medición colocados en La Palma sólo demostraban que no existía ningún tipo de movimiento ni de desplazamiento en Cumbre Vieja...

Pero nosotros dijimos eso mismo. Y eso es lo que faltó cuando se distribuyeron tantas copias y versiones del estudio original. Dijimos que nada se movía. Dijimos que sólo es inestable cuando se produce una erupción, cuando sube el magma a la superficie y el terreno se deforma y se desestabiliza por la presión. Por otro lado, esas mediciones son totalmente compatibles con nuestra teoría, porque en estos momentos no hay erupción y no tiene por qué existir desplazamiento del terreno. Cuando se produzca la próxima erupción en la zona de Cumbre Vieja, en La Palma, entonces se verá si nuestra teoría es correcta o no. Si se producen movimientos y cambios en el terreno, se demostrará que nuestra teoría era correcta. Si nada se mueve, pues habrán demostrado que nos equivocamos. Pero hasta que eso ocurra, no se puede confirmar ni descartar.

En este caso, y dadas las catastróficas consecuencias previstas, ¿Simon Day prefiere que el tiempo no le dé la razón?

No soy tan irresponsable como para alegrarme de que esta teoría del gran deslizamiento se convierta en realidad algún día. Sería algo muy preocupante si finalmente queda comprobado que el terreno de Cumbre Vieja, en La Palma, se vuelve inestable cuando se produce una erupción volcánica.

¿En la actualidad desarrolla alguna investigación en las Islas?

Sólo pequeños estudios. Pero lo fundamental es qué va a pasar o qué no va a pasar durante la próxima erupción en Cumbre Vieja. En ese momento habrá que continuar la investigación. De momento, estamos en otros lugares del mundo, como Cabo Verde y Papúa Nueva Guinea, para tratar de encontrar similitudes con Cumbre Vieja y obtener nuevos datos y antecedentes de colapsos y deslizamientos con origen volcánico.