El Gobierno canario no ha recortado el presupuesto destinado a las inversiones en las universidades de las Islas. Simplemente ha introducido un "ajuste" consistente en "deslizar" un 33% de estas cantidades hasta la anualidad de 2013, fecha en la que vence el contrato programa, instrumento mediante el que el Ejecutivo regional financia a las instituciones de enseñanza superior.

Así defiende la Dirección General de Universidades esta medida, forzada por la exigencia de reducir el déficit que ha transmitido el Ministerio de Economía y Hacienda a las comunidades autónomas, y que se suma a la adoptada a finales del año pasado, que ya acarreó un descenso del 30% en la partida de los centros para inversiones en 2010. En el caso concreto de la Universidad de La Laguna (ULL), esta cantidad ha pasado de los casi 12 millones de euros inicialmente previstos a 5,6 millones, lo que ha llevado a la institución a expresar su "malestar y preocupación".

Aunque el director general de Universidades, Juan José Martínez, reconoce que este ajuste supone "cantidades importantes", recuerda que son inferiores al volumen de inversión que ambos centros tienen pendiente de ejecutar o justificar. Esta cifra asciende a 12 millones de euros en el caso de la ULL y a nueve en el de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). Alrededor de 21 millones de euros en total que, a juicio de Martínez, dan a las universidades "un margen importante".

De esta manera, el Gobierno entiende que lo que ha hecho es "acompasar" la programación de inversiones con su ritmo real de ejecución, que, en el caso de la ULL, "ningún año ha ido más allá del 60%". "No tiene sentido acumular créditos en una sola institución cuando hay tantas necesidades urgentes en otras áreas", explica el director general.

El escaso nivel de ejecución de los recursos para infraestructuras en las universidades del Archipiélago responde, según Martínez, a la "complejidad" de sus programas de inversiones, que han incluido obras de tan accidentada tramitación como el Paraninfo o la nueva Facultad de Bellas Artes, esta ultima uno de los proyectos que pueden verse afectados por el retraso en el abono de las cantidades del contrato programa.

El remanente derivado de la ejecución pendiente, unido al que, en el caso de la ULL, proviene del superávit con el que se cerró el pasado ejercicio presupuestario -un "doble mérito", a juicio del Gobierno, ya que es "el primero en décadas" y se ha producido en época de crisis-, permite que las universidades "entren en la crisis con la mejor situación presupuestaria posible".

"Ninguna obra se va a dejar de hacer. La ficha financiera total no se ve reducida", insiste Juan José Martínez, quien, en este sentido, descarta que la adaptación de las infraestructuras de ambos centros al proceso de convergencia universitaria con Europa vaya a peligrar, tal y como han alertado los propios responsables de las universidades.

Martínez se reunió ayer con el gerente de la ULPGC y hoy lo hará con el vicerrector de Planificación y el gerente de la ULL. Pese a las muestras de protesta, califica de "comprensiva" la actitud que han adoptado las universidades, al tiempo que se muestra dispuesto a analizar las dificultades que a ambas pudieran sobrevenirles.