El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, dijo hoy que no descarta una huelga general ante la "absoluta disconformidad" de los sindicatos con las medidas de ajuste fiscal del Gobierno para reducir el déficit público, si bien pidió tiempo para no tomar una decisión precipitada.

Así lo aseguró durante la rueda de prensa junto con el secretario general de UGT, Cándido Méndez, tras reunirse en la Moncloa con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Toxo aseguró que las centrales sindicales "estudian un proceso de movilización, como ya hay en el sector público, que puede derivar en una convocatoria de paro general", tras recordar que los sindicatos de los servicios públicos han convocado un paro total en la primera semana de junio.

El dirigente de CCOO afirmó que "no descarta ningún escenario" de huelga pero que antes de precipitarse valoraran las decisiones y reflexiones que tomen las órganos de dirección del sindicato ante la "gravedad de la situación".

Méndez anunció que mañana se reunirá la Comisión Ejecutiva confederal del sindicato con carácter extraordinario para analizar "el nivel de respuesta" ante las medidas gubernamentales, aunque no dudó de que "se hará de forma conjunta con CCOO".

Toxo consideró que el Gobierno ha escogido "la peor de las vías en un momento en que la crisis no ha sido superada y que sólo pretende dar respuesta a las exigencias del mercado financiero".

Durante el encuentro con Zapatero ambos dirigentes pidieron aclaraciones sobre la rebaja media del 5% en el salario de los empleados públicos y anunciaron que el Gobierno se ha comprometido a ofrecer detalles en el ámbito de la Mesa de la Función Pública que deberá reunirse antes del Consejo de Ministros, que se adelantará al próximo jueves.

Toxo advirtió de que "por primera vez en la historia" se produce un recorte en los salarios del sector público, que dijo afectará a 3 millones de ciudadanos.

En este sentido, Méndez dijo que "golpear" con la reducción de los salarios de los empleados públicos dejará en el "desánimo y cabreados" a los responsables del mantenimiento de las estructuras de servicios.

Asimismo alertó de que las nuevas medidas contra el déficit son "sacrificios" que retrasarán la recuperación y aumentarán el desempleo y pidió al Ejecutivo una "reflexión" sobre las mismas.

Toxo destacó que el ajuste supone una pérdida de la calidad de la democracia y añadió que retirar 15.000 millones del consumo y de la inversión en 18 meses sólo puede provocar efectos sociales "indeseados e injustos".

De esta forma se refirió a la congelación de la revalorización de las pensiones para 2011, que dijo afectará a "mucha gente que está actualmente inmersa en procesos de jubilaciones parciales".

Incidió en que es fácil en un clima en el que se ha generado un linchamiento moral de trabajadores de la función pública hacer un ajuste de esa naturaleza y criticó a los ministros que hablan de que algunos funcionarios "toman el cafelito a las 10 y no vuelven".

Al respecto valoró la labor de los empleados de los servicios públicos en puestos clave como la sanidad, la educación o las fuerzas de seguridad y subrayó que muchos empleados públicos tienen contrato temporal y otros cobran por debajo de los mil euros.

Tanto Méndez como Toxo consideraron "demoledora" la reducción de las inversiones públicas que afectarán también a las empresas privadas.

Toxo defendió otras alternativas a las medidas gubernamentales como la recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio y del de Sucesiones o establecer un periodo transitorio para subir el IRPF cargando más a las rentas más altas.