El uso del mercurio sirve a la pequeña minería peruana para extraer el oro con el que se fabrican muchos objetos y joyas, pero contamina tanto el ambiente que han aparecido en el país otras tecnologías a favor del "oro ecológico".

No basta sólo con producir oro libre de mercurio y cianuro para ostentar esta etiqueta verde, sino que hay que demostrar también que los pobladores tienen una vida digna sin prostitución, deforestación, alcoholismo o trabajo infantil, indica a Efe el ingeniero peruano Carlos Villachica, inventor de un ingenio para producir "oro limpio".

Villachica es responsable de la creación de un prototipo bautizado como ECO-100, que funciona con un pequeño motor a combustión y que destierra la necesidad del mercurio en la extracción aurífera.

El inventor reconoce que los mineros, acostumbrados a separar con mercurio el oro y la arenilla negra, sólo apostarán por el sistema que les resulte más sencillo y rentable. "No había cómo reemplazar el mercurio, método bastante manual y fácil", dice Villachica.

Taller de entrenamiento

La empresa fabricante de los ECO-100 acaba de firmar un contrato por el que otra compañía financiará cuarenta equipos que en menos de tres meses serán entregados a mineros del departamento de Madre de Dios, principal foco de extracción de oro en Perú, donde además se instalará un taller de mantenimiento y entrenamiento.

Mediante este procedimiento, millones de burbujas se inyectan en el equipo, hacen flotar el oro y lo separan de la arena negra, una técnica que permitirá a los mineros recuperar hasta un 20% más de oro.

A juicio de Villachica, "el uso responsable del mercurio no existe porque se escapa siempre", es decir, los residuos son volcados en las aguas de los ríos, lo que hace que el mercurio sea digerido por peces y personas.

Sólo en Perú, la minería informal produce unas 20 toneladas anuales de oro y emplea a un mínimo de 40.000 personas, aunque esta cifra puede llegar a 100.000, según datos oficiales. Por cada tonelada de oro recuperado, los mineros utilizan dos toneladas de mercurio, lo que genera un grave problema ambiental, pero no el único.

Hace casi quinientos años, la civilización inca se desmoronó debido, entre otros factores, a la contaminación del mercurio, según recientes investigaciones que apuntan al envenenamiento de la población.