La actual temporada de cría en cautividad del lince ibérico, la sexta desde que en 2005 se logró por primera vez la reproducción de este felino en un centro de cría, ha finalizado con sólo nueve cachorros supervivientes, la cifra más baja desde 2007.

Los sucesivos temporales registrados durante el periodo de celo y el impacto de la Enfermedad Renal Crónica (ERC) en buena parte de los ochenta linces del programa de cría en cautividad se aducen por los administraciones como las causas que explicarían la baja productividad de este año.

La temporada de cría ha sido extraña, según estas fuentes, con embarazos inicialmente no previstos, y los partos se han producido con retraso respecto al calendario habitual, hasta el punto que no descarta que pudiera quedar una hembra preñada.

Este reducido número de crías supervivientes, que podría sufrir alguna merma en las próximas semanas durante el periodo de luchas entre los cachorros, se ha producido pese a que este año se han logrado partos, por primera vez, en el nuevo centro de cría en cautividad inaugurado el pasado año en Silves (Portugal) y en el Zoobotánico de Jerez de la Frontera.

Los dos cachorros nacidos en Silves murieron días después del parto, al igual que el lince superviviente en el primer alumbramiento registrado en el Zoobotánico jerezano.

Los nueve cachorros que sobreviven en la actual temporada de cría han nacido en el centro de cría de La Olivilla (Sierra Morena), ya que este año no ha habido alumbramientos en las instalaciones de El Acebuche (Doñana), donde hace más de una década comenzó este programa de cría, dirigido por la investigadora Astrid Vargas.

La entrada en funcionamiento de La Olivilla, en 2007, se ha confirmado este año como crucial no sólo para diversificar los riesgos que rodean la conservación del lince ibérico, considerado el felino de mayor riesgo de extinción del planeta pues sólo sobreviven unos doscientos ejemplares en Sierra Morena y medio centenar en Doñana, sino para mantener su reproducción en cautividad.

De hecho, todos los cachorros supervivientes este año se han alumbrado en la Olivilla en cuatro partos diferentes, por lo que si este centro no hubiera estado en funcionamiento la reproducción en cautividad de este felino se hubiera detenido, este año.

La falta de cachorros en el centro de El Acebuche se ha suplido, en parte, con el rescate de dos linces silvestres recogidos en Doñana poco después de que su madre muriera el pasado abril tras el parto por lo que, inicialmente, estos dos ejemplares se sumarán al programa de cría en cautividad y paliarían la falta de nacimientos en estas instalaciones de Doñana.

Se da la circunstancia de que esta baja productividad de la actual temporada de cría se ha producido en el año en el que estaban previstas las primeras liberaciones de linces nacidos en cautividad en la naturaleza para recolonizar nuevos territorios y ampliar la presencia de este felino.

También sería necesario disponer este año de suficientes ejemplares para dotar de ellos al nuevo centro de cría construido en la comarca extremeña de Granadilla y que tiene previsto entrar en funcionamiento este otoño para aprovechar el nuevo periodo de celo de este felino.

Independientemente de estas reintroducciones con linces nacidos en cautividad, la Junta de Andalucía impulsó a final del pasado año una reintroducción en la comarca cordobesa de Guadalmellato, pero con ejemplares silvestres, que también requerirá el próximo otoño de nuevos individuos para reforzar esta actuación.