El pintor y arquitecto Mohamed Osman (El Cairo, 1952) cumple un cuarto de siglo afincado en el Valle de La Orotava. Este egipcio de nacimiento y canario de adopción prepara actualmente la tradicional muestra que supone desde hace muchos años su colaboración con las Fiestas de San Isidro de la Villa orotavense. La presentará el próximo día 28 en el Liceo Taoro. Una veintena de exposiciones individuales marcan la trayectoria canaria de este hombre afable, que alaba a la gente de Tenerife y plantea una máxima: "El artista está obligado a interactuar con el entorno en el que vive y trabaja. Está claro que influye en su obra".

¿En qué trabaja actualmente?

Lo más inmediato es la exposición en el Liceo Taoro por las fiestas de San Isidro en La Orotava. Expondremos 27 obras de gran formato, en óleo sobre lienzo, con el tema común de "La Canariedad". El acto de presentación del día 28 correrá a cargo del catedrático de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna, Francisco Galante.

¿Por qué 27 obras?

Siempre expongo 27 pinturas porque para mí el siete es un número mágico, me dice mucho.

¿Cómo definiría su estilo?

Mi camino en cada cuadro es distinto, siempre estoy investigando, y cada obra aporta algo al conjunto. Digamos que voy hacia el realismo con un toque de impresionismo. En alguna ocasión, incluso hablaría de hiperrealismo. Para mí la luz es lo más importante, pero también mostrar los paisajes del Norte de Tenerife, donde vivo y lo que me inspira, desde una perspectiva de defensa del medio ambiente, del patrimonio histórico y de la arquitectura tradicional, pues no hay que olvidar que soy arquitecto.

¿Han cambiado mucho Tenerife y el Norte en estos 25 años?

Pues físicamente, sí. Por ejemplo, paisajes o edificios que pinté ya no existen. Pero hay algo más. Soy de Egipto, aunque viví en Roma diez años y también en Canadá antes de venir aquí. En Canarias la gente es mucho más cálida, siempre te quieren tocar, y lo aprecio. Dicen que esta tierra esta cincuenta años atrás en avances, pero para mí está mil por delante en lo principal: en calor humano. Menos mal que conservan eso. Me siento querido y esta es mi familia porque tengo hijos nacidos aquí. Los cambios en Canarias van algo lentos. Ha habido un gran avance material y en menor medida de mentalidad, pero no lo veo del todo negativo.

¿Cuál es su método para pintar?

Ni pinto sobre caballete ni con paleta. Lo hago sobre la pared y con trozos de cristal. Tampoco uso pincel sino otros instrumentos. No soy académico, lo que yo busco es transmitir. Que la gente vea algo, un mensaje, cuando mire un cuadro. Por ejemplo, no hablo bien el español y el cuadro es como mi lenguaje universal en el que todo el mundo puede entenderme.

En su caso parecen muy vinculado el lugar donde vive y su obra. ¿Cómo lo ve?

Resulta evidente que es así. Toco los temas del sitio donde vivo. Esta es mi tierra aunque naciera en Egipto. Todo el que trabaja para Canarias es canario; así lo veo yo. Alguien dijo que El Greco era español porque donde un autor realiza su obra es su nación.

¿Eso influye en su manera de pintar?

Claro. Vengo de África y creo que mi pupila absorbe más el color. La luz de Canarias es más dura. La gente aquí aprecia más los grises porque cambia la luz y es mucho más variable. Por ejemplo, he pintado edificios antes y después de llover y son dos obras distintas. Digo más: he pintado la misma figura en tres momentos del día y tras la lluvia y son cuatro obras distintas. Nunca repito un cuadro, sólo cambio el ángulo y la luz y ya es distinto a otro. Cada obra plantea un problema y resolverlo me da una gran satisfacción y ganas de continuar pintando.

¿Cómo ve a sus municipios de residencia, La Orotava y el Puerto de la Cruz?

Hay que ser conservador en casos como el de La Orotava, donde gracias a la mentalidad han conservado su patrimonio histórico. Aunque en otros aspectos defiendo ser liberal. De La Orotava y su gente me gusta que no haya perdido sus señas de identidad y de ahí la conservación de ese patrimonio y de las costumbres. Al Puerto de la Cruz lo veo algo anclado en el pasado. Hacen falta líderes, una especie de revolución, y que el futuro sea de unos portuenses que han perdido un poco la ilusión. Pero las potencialidades de la ciudad son impresionantes y espero que se puedan recuperar. Veo el Valle como un todo, con los tres municipios integrados, y así lo he planteado en un par de muestras.

¿Se considera un pintor maduro?

Cuando el artista cree que llegó a su fin es que termina de verdad. Soy inquieto y temperamental por naturaleza. Con la edad puede haber madurez en la técnica o en los motivos, pero el éxito sólo llega trabajando y con la renovación. Muchos piensan que son alguien en el arte, pero cuando van a un museo como el Prado se quedan chiquitos. El arte sale de dentro y con la madurez se ven las cosas más profundas del interior.