El presidente de la Oficina de Asuntos Exteriores del Departamento de Parques Nacionales de EEUU, Stephen Morris, es uno de los 70 líderes de opinión hispanos que asiste en Tenerife a la IV convención de este colectivo para intercambiar ideas con sus homólogos canarios. Viene con expectativas sobre la gestión sostenible de los parques nacionales canarios y advierte de que es "complicado" que los parques puedan autofinanciarse sólo cobrando la entrada.

¿Qué experiencia cree que puede aportar a sus contrapartes en las Islas y qué áreas le interesa aprender de ellos?

Nunca antes había estado aquí. Lo primero es conocer cómo son los parques nacionales de Canarias. Nosotros tenemos convenios con otros países en cuanto a parques nacionales y hacemos intercambios para aprender de ellos y para que vean cómo lo hacemos nosotros. Creo que siempre hay cosas que son muy comunes en todos los países en la administración de los parques nacionales, si bien surgen técnicas innovadoras en diferentes países de las que todos podemos aprender. Hasta ahora no he visto los parques canarios, por lo que aún no puedo imaginarme qué aprenderé, pero sé que hay políticas en las Islas en materia de sostenibilidad que es algo muy interesante ahora para nosotros: cómo hacer que los parque sean más sostenibles desde el punto de vista del uso de la energía y cómo podemos incorporar la energía solar dentro de los parques. España, en general, es líder en el uso de las energías de este tipo.

El 40% del territorio canario está sometido a algún grado de protección y aglutina cuatro de los 13 parques nacionales de España. ¿Cree que estas cifras por sí mismas son una garantía de conservación para las Islas?

Es un porcentaje muy alto, pero no es una garantía de conservación porque depende de cómo los estén administrando. Si lo están haciendo bien, sería excelente. Las normas internacionales aconsejan que los países tengan alrededor del 10% de su territorio protegido, por lo que el 40% canario es bastante alto, pero su eficacia depende de cómo lo cuiden.

Desde este año, la Comunidad asumió la gestión de los parques nacionales. ¿Qué aspectos deberían ser prioritarios en la atención de estos espacios?

Desde el principio hay que contar con buenos programas para saber el estado de los recursos. Es lo primordial. Atender al visitante también es importante, pero hay que asegurarse de que los recursos naturales están en buen estado y tiene que haber un inventario y control de todo esto. Si el estado de los recursos naturales no es bueno, no sirve de nada tener zonas protegidas y tampoco es bueno recibir visitantes.

¿Qué grado de intervención se debería permitir en los parques nacionales y espacios protegidos? ¿Es aceptable tener o construir un teleférico en ellos?

Los parques nacionales en EEUU tienen fama por sus infraestructuras, como carreteras, centros de visitantes o grandes hoteles que llevan cerca de un siglo ahí. Al principio, el turismo era esencial para los parques. Esto trae ciertos beneficios, como que el público puede apreciar los sitios protegidos. Si uno pone barreras y no deja entrar a nadie, la gente no aprecia el lugar, no dará su apoyo y tampoco pedirá al Gobierno que gaste dinero en su gestión. Hay que equilibrar los intereses, pero con cuidado. Esto ha cambiado en EEUU: ya no lo hacemos como hace 50 ó 75 años. Tratamos de tener las infraestructuras y hoteles en las comunidades aledañas a los parques porque así se minimiza su impacto. Cada caso hay que estudiarlo por separado para determinar si es demasiado o no. No hablo del teleférico en Tenerife ni Gran Canaria, pero sí que deberían hacerse estudios para conocer cuál sería el impacto sobre los recursos naturales y la ecología de ese espacio.

¿Deben ser gratuitos los servicios de los parques nacionales o hay que pagarlos?

Cuando se planteó el tema en EEUU, el asunto causó resistencia. Hace más de 10 años comenzamos a cobrar la entrada a ciertos parques y se generó polémica porque algunos objetaban que ya pagaban por su mantenimiento a través de los impuestos. ¿Por qué se debe pagar aún más? Creo que es un éxito como se ha hecho en EEUU, donde el cobro no es demasiado alto. Para entrar al Gran Cañón, por ejemplo, un coche paga 20 dólares, lo que es bastante barato porque puede ir una familia de cinco o seis personas. Además, el 80% de esos ingresos queda, por ley, dentro de ese parque y se destina sólo a mejorar las infraestructuras para recibir visitantes, como los senderos y los centros de visitantes. La gente así percibe que se beneficia directamente del cobro.

¿Y cuánto es eso dentro los fondos de los parques?

Es un porcentaje bastante bajo de la cifra global. Unos 200 millones de dólares, que suponen menos del 10% del total de sus ingresos. Es difícil hacer que los parques se financien sólo con el cobro de las entradas. En otros países quieren convertir los parques en algo que pueda generar suficientes ingresos para mantenerse por sí mismos, pero eso es muy complicado.

¿Hay algún criterio que diga con cuántos empleados debe contar un parque nacional en concreto o de varía en cada caso?

Depende de cada lugar. En un parque como El Teide, que recibe tantos visitantes, claro que se necesita más personal para vigilar que si es una reserva abierta sólo a los científicos donde sólo se puede entrar con permiso. En Yellowstone, por ejemplo, que es uno de los parques más grandes y visitados de EEUU, hay como 400 empleados contando con los que trabajan para las empresas privadas con concesiones privadas que operan dentro del parque.

¿Cuántos parques nacionales hay en EEUU?

El sistema de parques de EEUU lo componen casi 400 parques en todo el país, excepto en el estado de Delaware, el más pequeño, donde probablemente este año se constituirá el primero. Además, también hay en territorios como Guam, Samoa o Puerto Rico. Los parques nacionales en EEUU comprenden no sólo zonas naturales y de recreación, sino también monumentos históricos, como la Estatua de la Libertad, que gestiona el servicio de parques nacionales.

¿Qué responsabilidades tiene en su ámbito de control?

Estamos dentro del Ministerio del Interior, que no equivale al homólogo en España. Somos un punto de contacto de todo el que tiene que ver con las relaciones internacionales en esta materia. Hay gran interés por parte de muchos países en cómo gestionamos los parques porque tenemos uno de los sistemas más antiguos del mundo. También formamos parte del programa del Patrimonio Mundial de la Unesco y nos encargamos de nominar sitios en EEUU para que formen parte de éste. Tenemos acuerdos de este tipo en otras partes para hacer intercambios.