Varias docenas de personas volvieron a concentrarse hoy frente a la sede de la curia de Cracovia para protestar contra el entierro del matrimonio Kaczynski en el Castillo de Wawel, una decisión que mantiene dividida a Polonia.

Frente a ellos, y separados por un cordón policial, otro grupo de ciudadanos pedía respeto para los fallecidos y portaba pancartas a favor de que el castillo sea la sede de la tumba del presidente Lech Kaczynski y su esposa, Maria.

El cardenal de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, autorizó el pasado martes el entierro de la pareja presidencial en Wawel, un recinto simbólico para el pueblo polaco, donde descansan algunos de sus héroes nacionales y reyes como Jan Sobieski III, el monarca que frenó el avance turco en Europa y liberó a Viena de la amenaza musulmana a finales del siglo XVII.

Para los opositores a que Kaczynski sea enterrado en este lugar, es inapropiado que un político de su perfil pueda ocupar un lugar entre las tumbas de Wawel, algo que consideran inmerecido y fuera de lugar.

Pero no sólo ciudadanos anónimos se oponen a esta decisión, también intelectuales del rango del realizador cinematográfico Andzrej Wajda consideran un despropósito que el presidente polaco, fallecido el pasado sábado en el accidente aéreo de Smolensk, sea elevado prácticamente al rango de héroe nacional al recibir sepultura en el mausoleo más importante del país.

El entierro del matrimonio Kaczynski está previsto para el próximo domingo y contará con la presencia de importantes líderes mundiales, entre ellos el presidente estadounidense, Barack Obama.