La crisis económica amenaza a Ellis Island, la pequeña isla junto a la Estatua de la Libertad de Nueva York que sirvió durante décadas de puerta de entrada a Estados Unidos para millones de inmigrantes y que ahora ve cómo la asociación que se encarga de su conservación podría quebrar.

Save Ellis Island, la organización sin ánimo de lucro que desde hace diez años ha recaudado fondos para rehabilitar partes de la isla y se ha encargado de su mantenimiento, anuncia en su página web que dispone de pocas semanas para recaudar el medio millón de dólares necesario para continuar con su tarea y no desaparecer.

"Pedimos que nos haga una donación lo más generosa posible", dicen los responsables de la organización en un anuncio que hoy se puede ver en su portal de internet y en el que reconocen la "grave situación" que atraviesan sus finanzas, unas cuentas afectadas por "el catastrófico efecto de la crisis económica".

La asociación, que desde 1999 trabaja por reformar los treinta edificios de la isla desde donde se controló la inmigración que accedía al país por el puerto de Nueva York entre 1892 y 1954, explica que su delicada situación se debe fundamentalmente a la falta de donaciones que ha provocado el actual ambiente económico.

"Save Ellis Island se encuentra entre las numerosas organizaciones sin ánimo de lucro que actualmente luchan por mantener sus puertas abiertas", añade la petición de la asociación para conseguir medio millón de dólares en donaciones que les permitiría sobrevivir unos meses hasta encontrar nuevos recursos.

Entre esos recursos destaca una iniciativa que, impulsada por diversas autoridades de Nueva York y Nueva Jersey, busca que Ellis Island se convierta en una de las prioridades dentro de los presupuestos federales destinados al mantenimiento y reconstrucción de lugares con especial interés histórico.

Las cuentas de la organización se han visto afectadas además por los recortes en ayudas públicas que le destinaba el vecino estado de Nueva Jersey y si no consigue sobrevivir se vería obligada a devolver las cantidades conseguidas este año para acometer sus proyectos.

"Con las numerosas ayudas públicas y las donaciones que hemos recibido en los últimos años, hemos cumplido un gran número de nuestros objetivos, pero aún queda mucho trabajo pendiente para salvar del todo este importante lugar para la historia de Estados Unidos", explicaron los responsables de la asociación.

Entre las numerosas iniciativas llevadas a cabo por la asociación, destaca la restauración en 2007 del conocido Ferry Building, un edificio de estilo "art déco" y del que partían los inmigrantes que habían superado con éxito los reconocimientos médicos y legales a los que eran sometidos al llegar al país.

También reconstruyeron partes de los inmuebles que funcionaron como hospitales y lavaderos e impulsaron programas educativos llevados a cabo en la isla y con los que se repasa la historia del lugar y su papel en la mezcla de culturas que es hoy Estados Unidos.

Habilitada en 1892, esta isla se convirtió en el principal centro de control de inmigración federal de Estados Unidos y se mantuvo operativa hasta 1954, un período en el que procesó la entrada en este país de más de doce millones de inmigrantes que llegaban a las costas estadounidenses en barco.

A partir de 1954, su principal edificio, donde este mismo año se presentó una completa muestra sobre la migración del País Vasco a Estados Unidos, permaneció abandonado durante más de treinta años, hasta que fue reformado y abierto como museo en septiembre de 1990.

Hoy en día, el 40 por ciento de los estadounidenses pueden seguir el rastro de su ascendencia a través de la documentación que guarda este museo.