El primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva, declaró ayer el estado de excepción en Bangkok, después de que los miles de manifestaciones que exigen la convocatoria de elecciones anticipadas desde hace cuatro semanas irrumpiesen en el Parlamento.

La medida permite al Ejército tailandés asumir el control de la seguridad, prohibir asambleas callejeras y declarar el toque de queda.

"Queremos abrir otras opciones para restablecer la paz y el orden. La medida se aplicará en concordancia con la ley y los estándares internacionales", anunció el gobernante mediante un mensaje retransmitido por las cadenas estatales de televisión.

Vejjajiva, del Partido Demócrata, señaló que la Ley de Seguridad Interna vigente en la capital desde el 11 de marzo se ha demostrado insuficiente para contener las manifestaciones del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura.

Los seguidores del Frente Unido, más conocidos como los "camisas rojas", defienden los intereses del ex primer ministro Thaksin Shinawatra y consideran ilegítimo al actual Gobierno porque fue formado mediante alianza parlamentaria.

Esta es la segunda vez que el Gobierno recurre al estado de excepción para contener las protestas. La vez anterior fue en abril de 2009 cuando los "camisas rojas" irrumpieron en la sede de una cumbre internacional que se celebraba en Tailandia.

El responsable de la supervisión del estado de excepción será el viceprimer ministro responsable de la seguridad, Suthep Thuagsuban.

La decisión gubernamental se produce después de que miles de "camisas rojas" irrumpiese ayer en el Legislativo, forzase la suspensión de una sesión, y obligase a ministros y diputados a escapar a toda prisa, algunos en helicóptero.

"Suthep tiene que asumir responsabilidades y explicar por qué ha ordenado que lancen las bombas contra nosotros", afirmó uno de los cabecillas de la acción, en referencia a los dos artefactos explosivos lanzados el martes contra los suyos sin causar heridos.