Entre abril y junio, España perderá 287.400 puestos de trabajo, con lo que llegará al final del trimestre con el mismo nivel de empleo que hace cinco años y con un volumen de parados de 4,4 millones, lo que supondrá un nuevo máximo.

Éstos son algunos de los datos del último Indicador Laboral de Comunidades Autónomas (ILCA), que elaboran Adecco y la escuela de negocios IESE. En él se destaca, no obstante, que la economía española perderá puestos de trabajo en los próximos meses a un ritmo "sensiblemente más moderado" que en trimestres anteriores, lo cual no será consecuencia del ansiado inicio de la recuperación, sino de que "ya no quedarán empleos por destruir".

España llegará a junio con un nivel de ocupación inferior al que tenía en igual mes de 2005 tras cerrar un ciclo de dos años con pérdida de empleo.

En total, la cifra de ocupados al cierre del próximo trimestre será inferior en 237.000 a la de junio de 2005, cuando había en España casi 18,9 millones de personas trabajando. Esto conlleva, según Adecco, que en un quinquenio "la economía española no habrá sido capaz de crear ni un puesto de trabajo".

Esta previsión de Adecco y el IESE parte de presumir que la población activa prácticamente se estancará, pero, si no fuera así, los datos podrían cambiar.

De hecho, la contracción de la población activa (en 2009 ésta se redujo por primera vez en 30 años) ha evitado, según los autores del informe, un incremento aún más pronunciado del desempleo.

De no haberse reducido, calculan que la cifra de parados actual (4,3 millones) sería superior en 100.000 y que podría haber alcanzado "fácilmente" la barrera de los cinco millones si la población activa hubiera evolucionado normalmente.