La sala Ámbito Cultural, ubicada en El Corte Inglés de Tres de Mayo, acoge desde ayer hasta el 20 de marzo la muestra "Textura táctil, textura visual", una exposición de prendas y bocetos realizada por los alumnos del Ciclo Superior de Estilismo e Indumentaria de la Escuela Fernando Estévez, que cumple este año su primer centenario de existencia.

El espacio ubicado en el centro comercial sirve como escaparate a los primeros trabajos realizados por jóvenes creadores de la conocida escuela de diseño de Santa Cruz de Tenerife.

Unas básicas camisetas transformadas han servido como punto de partida a los alumnos para investigar las posibilidades de las texturas, introduciendo en un concepto poético en su bosquejos de la futura vestimenta. De este modo, los estudiantes han jugado con ideas, recuerdos o nociones a los que se sienten íntimamente vinculados y que les han servido como inspiración para crear algunas de sus primeras obras textiles.

Se puede vislumbrar en todos los trabajos un camino nuevo y abierto a trascendentales exploraciones en cuanto a las formas y los conceptos. Uno de los recursos más constantes en la mayoría de las obras reunidas han sido los recuerdos de infancia.

Yamilet Adán ha creado una forma mixta, entre vegetal y orgánica, dando volumen a retales de tela; por su parte, Gisela Castillo desea transmitir mensajes de compromiso social mediante letras y palabra; Yanira Coello juega a su vez con imágenes de seres acuáticos; Cristina Ferrera parece querer evocar sueños adolescentes, mientras que Aitor González cuestiona los estereotipos relacionados con la buena y mala suerte; Alejandro González analiza el agua y la madera, los elementos con los que identifica su Tegueste natal; asimismo, Adassa Linares y Haridian Pérez decoran sus camisetas con inquietantes órganos anatómicos; Carla Navarro retrotrae las sensaciones producidas por los terrores infantiles; Paula Pérez se refiere a los caballos con un lenguaje extraño en el que se mezclan hilos y retales; Mónica Yanes se deja influenciar por el carnaval y sus brillos, y Noelia Piñero experimenta con volúmenes que evocan pasatiempos y chucherías.

Todos ellos han realizado un análisis de formas y conceptos que, en conjunto, viene a confirmar el importante momento creativo por el que atraviesa la Escuela Fernando Estévez.