El parque de Cuchillitos de Tristán nunca ha contado, desde que hace año y medio se inauguró, con el beneplácito de usuarios y vecinos, pues a sus denuncias constantes por las carencias que presenta en sus equipamientos, desperfectos y la falta de mantenimiento, se unen ahora una serie de factores que representan "un auténtico riesgo para los menores que lo frecuentan", por lo que aconsejan que este espacio no sea visitado hasta que se solventen los desperfectos.

Tras las lluvias del 1 de febrero, el recinto ha experimentado algunos daños, al margen de que el foso donde los jóvenes juegan con sus monopatines, "supone el mayor peligro, porque algún menor que se precipite en el mismo corre el riesgo de ahogamiento, ya que no tiene desagüe y el agua cada vez que llueve llega a una altura considerable, hasta el punto de que algunos chicos se han metido dentro", según explican algunos vecinos del Camino del Hierro.

Además, denuncian que el habitáculo que alberga la maquinaria que controla el suministro de agua y luz del parque "está abierto y sin ningún tipo control, pues han roto el candado y destrozado el interior", hasta el punto de que ponen de relieve que "entran los chicos y hacen lo que les viene en gana, hasta el punto de que abren el agua gastando litros y litros durante horas".

Cajas de registro

De hecho, señalaron los vecinos que en esta zona, que está algo oculta dentro del parque, "los menores están corriendo un peligro constante de electrocutarse, puesto que las cajas de registro de luz están al alcance de los menores porque se encuentran abiertas de par en par, y en caso de un incidente no se va a enterar nadie".

De hecho, los representantes vecinales explicaron que el pasado fin de semana "se introdujeron en estas instalaciones varios menores, que tocaron algunos elementos del cuadro de control, hasta que pusieron a funcionar los elementos de riego, por lo que tuvimos que llamar a la Policía".

También advierten de que "los niños, cuyas vidas corren un grave riesgo, porque pueden tocar un cable y sufrir un percance gravísimo, acuden casi todas las noches al parque, ya que no se cierra nunca".

También explican que estos menores han cortado hojas de palmeras y han arrancado otros elementos del recinto "para hacerse una especia de techo en el acceso al cuarto de los contadores", algo para lo que piden mayor control "porque se les está poniendo a los niños en bandeja el peligro, ya que en el cuarto de control hay agua y electricidad".

El fin de semana

El domingo por la noche, "estos chicos jugaban con las luces del parque, apagando todas las farolas y encendiendo de nuevo el parque, jugando a su antojo, pero lograron cerrar el agua y, cuando legaron los responsables, ya se habían marchado".

Por otra parte, los vecinos reclaman que en la obra que está a punto de culminar en la calle que enlaza con Simón Bolívar, que rodea parte del perímetro del parque, y financiada con el Plan E, el disco que regula el paso en la zona a 50 kilómetros por hora, "se rebaje a 30, para evitar que en un futuro se produzcan riesgos por la excesiva velocidad".

Además, sobre esta misma vía, rechazan el modelo de valla escogido para sus márgenes, pues creen que por la apertura de su parte inferior "se puede colar un niño y caer a la calzada, representando también un riesgo de atropello".