El catedrático de Biología José Ángel González Escalera acaba de publicar un libro que, quizá, sea la obra más completa que se ha editado sobre el Parque Rural de Anaga, un territorio que, "a la vez que está tan cercano, sigue siendo todo un gran desconocido para la mayor parte de la población".

Sus primeros contactos con este espacio natural surgen de las visitas que realizaba con sus alumnos, de las que traía al centro educativo fotografías y muestras, que dieron como resultado un accésit en los programas de educación para la investigación inventiva que otorgaba la Consejería de Educación, institución que, con posterioridad, le concedió a este profesor una licencia por estudio durante un año, en el que siguió completando sus investigaciones y estudios sobre Anaga.

Todo ese material acumulado ha dado como fruto la obra "Paseo natural por el Parque Rural de Anaga", editado por Turquesa, y que a diferencia de otras publicaciones sobre la zona, "abarca todos los aspectos de este territorio, ya que además de contar con más de 700 fotografías, contiene información detallada sobre los espacios más emblemáticos, especies y características del Parque Rural".

"Anaga es un espacio admirado, pero también olvidado por nosotros mismos, porque realmente se conoce en Europa, ya que hay zonas como la Cruz del Carmen, donde por kilómetro cuadrado es la que más especies endémicas tiene de todo el continente".

El libro ofrece "una forma novedosa de ver la naturaleza a través de las imágenes", con textos entendibles en los que se produce un acercamiento a los contenidos del Parque, su origen o estructura geológica, con definiciones que acompañarían en un recorrido a pie por el lugar.

Además, contiene información inédita de la edafología de Anaga, con imágenes tomadas desde diferentes perspectivas para que el lector pueda identificar cada espacio en función de la zona por la que accede, ya que esta publicación también nace con la vocación de ejercer las funciones de una guía documentada.

Según reconoce el catedrático de Biología, "la idea de escribir el libro surge del propio desconocimiento que de este territorio tenían mis alumnos", cuando comenta que "se trata de una reserva natural de las mejores del mundo y es uno de los reductos del terciario".

González Escalera explica que "surgió la idea de crear este libro del propio desconocimiento que hay del Parque Rural, por lo que quise pasar de esa visión de paisaje a un conocimiento en profundidad sobre la realidad y el gran valor botánico, biológico y hasta etnográfico de la zona".

José Ángel González Escalera también destaca que el valor de Anaga reside en que "constituye una estructura geológica muy desmantelada por su antigüedad, con más de 6.000 millones de años de historia, lo que genera paisajes muy llamativos y con grandes alternativas".

Sin embargo, y a pesar de la gran belleza de la zona, el profesor Escalera lamenta que "a quien vemos con frecuencia recorriendo sus senderos es a los extranjeros".

En su obra también incluye una parte de Anaga que hasta la fecha ha sido inédita, como es el suelo, que se clasifica por zonas, alturas y tipos, "destacando también las figuras llamativas de los almagres y los distintos niveles".

Así, también se hace una relación del suelo con su vegetación, tanto desde la superficie como lo que se puede encontrar en las capas inferiores, definiendo ambas combinaciones a las distintas alturas del Parque Rural, identificando las especies de cada uno de los enclaves.

El aspecto botánico está extensamente documentado a través de fotografías, con sus características, el ecosistema que las forman y un plano de localización de los cientos de especies que pueblan el Parque Rural.

La etnografía también está presente, con una descripción de los caseríos y la población que los habita, que, según el profesor, "son personas que quieren vivir ahí, pero también tienen que cuidar este territorio, algo en lo que se les tiene que ayudar". Sin embargo, la figura de protección que imprime la declaración como Parque Rural ha sido muy controvertida y discutida por los habitantes de Anaga, "algo en lo que hay que hacer un balance entre lo que opinan quienes viven en la zona y quienes tienen un conocimiento de la estructura, para saber cuál es el grado de uso".

Anaga cuenta con muchos endemismos, sobre todo aves, aunque también hay murciélagos que "están en peligro de extinción, variedades sobre las que reflexiona diciendo que "si se elabora el libro rojo con las previsiones previstas, sería un sacrilegio, porque muchas quedarán libres de la clasificación".

Además, el profesor Escalera plantea en esta publicación una serie de rutas que sugiere no sólo para su recorrido, sino con una descripción de cada una de las especies que se pueden encontrar. Además, hay una relación detallada de los miradores privilegiados que hay para observar el paisaje de Anaga, al margen de los cultivos que caracterizan a la zona, así como las condiciones en las que la población se ha tenido que adaptar por las características del territorio.

También analiza la señalización que los organismos públicos ofrecen a los visitantes, que en muchas ocasiones, según señala, "son un auténtico disparate, porque exponen unos tiempos y distancias que no se corresponden con la realidad, pues esas referencias las realizó un señor que era militar y no se ajustaban al común de los mortales".