El primer museo de artes decorativas y antigüedades, ubicado en una casa del siglo XVIII, que empezó a montarse en 2006 y con el que iba a contar La Laguna en la plaza de La Concepción, está en grave peligro, ya que su parte trasera se ha desplomado, descubriéndose una de las salas donde se aprecia desde la calle una mesa antigua expositora de objetos de valor. En su interior hay ya piezas colocadas de alto valor histórico y artístico, como una pintura de Cristóbal Hernández de Quintana, objetos del siglo XVI, como una espada, y piezas aborígenes.

Urbanismo dispuso que el desmonte del terreno se llevara a cabo de forma escalonada, con precisión y hormigonando a medida que se descendía. Al parecer, las lluvias pudieron provocar la caída de dicha parte de la casa. Lo que sí afirman numerosos entendidos en arquitectura es que en La Laguna se está excavando sin tener en cuenta que la mayoría de los edificios se sustentan en una cimentación colocada sobre un terreno muy débil. Así hubo desplomes, por ejemplo, en una calle de Marqués de Celada o en el Mercado de la plaza del Adelantado.

Aunque los responsables de la constructora hagan supuestamente mal su trabajo de excavación, lo cierto es que ya se habló en su día de que Urbanismo debe supervisar los desmontes y saber que, debajo de todas las casas antiguas, hay una cimentación muy débil.

Según informaciones acerca inmueble relativas a que había intención de que acogiera un museo, hay que precisar que la casa, del siglo XVIII y catalogada, tiene su fachada principal, con balcón canario, por la parte de La Concepción; que la parte trasera, en la calle Juego Los Bolos, forma parte de la misma vivienda y que su propietaria procedió al derribo y fue noticia porque tuvo que cerrar la ultima taberna literaria local, la célebre La Oficina.

Y no es que hubiera intención de hacer un museo, sino que el museo ya se empezó a hacer en 2006, año en que fue presentado a los medios, y las obras de rehabilitación están al cuidado del arquitecto Fernando Beautell Stroud, junto con Juan Carlos Díaz-Llanos La-Roche. En aquel entonces, EL DÍA anunció que en la parte trasera se construirían ocho viviendas, dotadas con dos plantas de garaje y tres locales comerciales, que serían alquiladas para sostener los gastos del museo.

La idea del proyecto es de María Remedios Gómez García, con la que pretendía rendir homenaje a su padre, el anticuario Cayetano Gómez Felipe, que nació en Los Llanos de Aridane (La Palma) en 1902. Su interés por coleccionar objetos antiguos lo llevó a tener un pequeño museo en La Palma y luego a incrementar, ya en La Laguna, las obras de arte, hasta tal punto que el museo permitirá que los laguneros y visitantes puedan admirar objetos de gran valor, jamás vistos hasta que abra este centro. Se trata de una de las más completas y rigurosas colecciones de su especie en las Islas, con cerámica, textiles, orfebrería, cobres y peltres, vidrios y cristales, mobiliario, manuscritos, pinturas y piezas religiosas, que tienen la particularidad de haber sido adquiridas íntegramente en Canarias, excepto una que procede de la Península.

Una amplia lista

En 2006, el museo disponía ya de los sistemas de detección de incendios y de actuación contra los mismos, entre los que figuran los extintores y mangueras conectadas a la red de distribución de agua potable. De la colección de obras del museo cabe destacar una pintura de San Cayetano, del artista Cristóbal Hernández de Quintana, junto con piezas de las Islas, loza procedente de varios países del extranjero y de Canarias, vajilla de peltre holandesa, cristalería de Roca, Bohemia y Real Fábrica del Retiro, armas como una espada holandesa del siglo XVI, armas aborígenes, bastones de mando y varas de la Real Justicia, cajitas de rapé, abanicos, tapices, vestidos, pañuelos bordados, crucifijos de madera y marfil, relicarios, imágenes religiosas, gemas preciosas, bargueño del siglo XVII, tibor de China, miniaturas y árboles genealógicos de familias canarias.