La reducción de emisiones de gases que 60 países propusieron tras la conferencia sobre cambio climático de Copenhague es insuficiente para evitar que la temperatura global suba los dos grados centígrados considerados el umbral del desastre, advirtió Naciones Unidas.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) exigió ayer a los gobiernos objetivos "mucho más ambiciosos" que los propuestos hasta el momento de forma voluntaria para frenar el calentamiento global.

"El acuerdo de Copenhague es un paso significativo en la dirección adecuada, pero que nadie dé por sentado que es suficiente", destacó Achim Steiner, director ejecutivo del UNEP, en la presentación de un nuevo estudio durante la conferencia ministerial de seguimiento del cambio climático que se celebra en la isla indonesia de Bali.

El estudio del UNEP estima que, aunque todos los países cumplan sus propuestas, las emisiones de CO2 se situarán entre 0,5 y 8,8 gigatoneladas de CO2 equivalente al año, cantidades excesivas para mantener la temperatura por debajo de los dos grados que, según los expertos, harían "incontrolables" las consecuencias del cambio climático.

En diciembre pasado en Copenhague se acordó que para mantener la actual temperatura hasta 2050 las emisiones de gases deben situarse en 2020 entre las 40 y las 48,3 gigatoneladas.

Aún así, y en el hipotético caso de que todos los países cumplan, sólo habría un 50 por ciento de posibilidades de que el aumento de temperatura sea menor de dos grados.

Cómo de cerca estamos

En el peor escenario descrito en el documento titulado "¿Cómo de cerca estamos del límite de los dos grados?", la diferencia entre la cantidad de gases considerada aceptable e inaceptable sería de 11,2 gigatoneladas.

Según Steiner, hay una "clara brecha" entre las estimaciones de los científicos y las propuestas hechas por los países, "que tiene que ser atajada rápidamente".

Por eso, pidió a los gobiernos de los países industrializados y también a los de las naciones en desarrollo, los dos grandes grupos enfrentados en Copenhague, que se fijen un mayor recorte de emisiones de CO2 y mejoren sus propuestas de cambio de paradigma económico.

Con este panorama, el director ejecutivo del UNEP se mostró moderadamente optimista sobre la evolución de las emisiones globales.