En un artículo publicado en esta misma sección de EL DIA y titulado "Autoridades de lo Audiovisual", resumíamos los rasgos característicos de los diferentes modelos de "Consejos Audiovisuales" adoptados en distintas Comunidades Autónomas (http://www.eldia.es/2006-07-23/vivir/vivir20.htm). En aquel artículo, el estudio que resumía, otras colaboraciones e incluso en algunas entrevistas con ocasión de la puesta en marcha de la TDT, poníamos de manifiesto la preocupación por el alelamiento de nuestras autoridades audiovisuales y el desasosiego que nos producía aquella nula iniciativa dado carácter estratégico del sector Audiovisual para Canarias. El resultado inmediato: una configuración territorial de la TDT en Canarias absurdamente sobredimensionada, inviable económicamente y en general, de calidad discutible, tanto la pública como la privada; todos los concursos de la TDT anulados o en vía de serlo; por lo anterior, todos los operadores de televisión en la cuerda floja e incumpliendo los compromisos de programación de la concesión; cerca de dos décadas y ya más de 500 emisoras esperando a que caiga del cielo el concurso de emisoras de radio en FM; la muerte del mercado publicitario de las desconexiones televisivas en Canarias, y con ella, la puntilla a las empresas de publicidad y pequeñas productoras que suministraban aquel mercado. Tanto desmán tiene firma. La rúbrica de la improvisación, el desconocimiento, la ausencia absoluta de profesionalidad y la tradicional querencia de nuestras propias administraciones a enamorarse de los cantos de sirenas foráneos llenos de apellidos con erres y perfecta pronunciación, pero nulo o escaso conocimiento. Todo cuento. Para ser justos, los responsables actuales de "lo audiovisual" no han hecho más que dar la cara por los difuntos que les dejaron los que les precedieron. Sin perjuicio de atribuirles cierto pasmo, la cosa algo ha cambiado a mejor, quizás porque hacerlo peor, por no hacer nada, era difícil, muy difícil.

El sector audiovisual de Canarias exige un horizonte claro, viable económicamente y jurídicamente seguro, distinguido en su dirección por la profesionalidad, la objetividad y la despolitización, pleno de ideas, de acción e iniciativa. Constituir el Consejo Canario de lo Audiovisual puede ser una buena solución. Aunque como siempre, puede ser peor el remedio que la enfermedad y encima costarnos un pico para nada. En cualquier caso de forma inmediata tendría trabajo de sobra: Concurso de radios en FM, reordenación de la configuración de la TDT local en Canarias, vigilancia del cumplimiento de los compromisos de programación de los concesionarios de TDT, competencia desleal de emisoras piratas, vigilancia horarios infantiles y límites publicitarios en la programación, mercado canario de intercambio audiovisual, asegurar las peculiaridades de Canarias en la configuración de la futura digitalización de la radio, digitalización de contenidos, etcétera. Casi nada. Por cierto, no estaría de más a la vista de lo que está pasando en los Tribunales con los distintos concursos de la TDT en Canarias que, a la manera de lo que se hizo en el Parlamento de Canarias con la ejecución de las sentencias relativas al concurso de farmacias, pero bien hecho, con tiempo y sin nocturnidad, se fuera pensando en una "solución legal a medida" al problema de la TDT. Lo de las soluciones legales a medida a las que se ha aficionado nuestro legislativo merece un comentario a parte. O no.

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