Crear una casa de acogida para casos urgentes de mayores maltratados y establecer una línea de teléfono similar al 016 de víctimas de violencia machista puede ayudar a estos ancianos, que en la mayoría de los casos callan su situación porque quienes ejercen los abusos pertenecen a su propia familia.

Son propuestas contenidas en "Personas mayores en condición de Vulnerabilidad, Maltrato y Abuso", un trabajo que aborda desde el estudio de factores de riesgo pasando por la prevención y protección tanto jurídica como de respuesta social y sanitaria.

La obra, presentada en Madrid, es una iniciativa del vocal del Consejo General del Poder Judicial y presidente del Foro Justicia y Discapacidad, Pío Aguirre.

Obedece su publicación, dice Aguirre, a que las estadísticas atestiguan claramente que los niveles de abusos y maltrato en los colectivos de mayores y de discapacitados son "considerablemente mayores" a los del resto de las personas y, además, registran un bajo nivel de detección.

El capítulo dedicado a la respuesta socio-sanitaria, firmado por los expertos Carmen Sánchez, Antonio Martínez y José Díaz Huertas, apunta a que los recursos de prevención, diagnóstico e intervención "no son muchos ni están demasiado coordinados", y tampoco hay protocolos ni medios especiales.

Además, existe la dificultad de la víctima a contar el abuso, ya que tiene una gran dependencia afectiva de su familia y cuidadores y, en muchos casos, resulta más dramático denunciar a una persona a la que se quiere y de la que se encuentra necesitada para hacer muchas de sus actividades cotidianas que el propio maltrato.

Personas cercanas

De hecho, la baja detección de casos de maltrato y violencia en los mayores se debe a que casi el 100 por cien se producen por personas muy cercanas a la víctima, familiares y cuidadores.

Y el camino que lleva a los juzgados o a las comisarías no tiene un fácil recorrido para los mayores. Son bastante desconocedoras de qué deben hacer cuando son maltratadas o dónde tienen que denunciar.

Para frenar el problema, estos tres expertos plantean hacer un protocolo que permita a los médicos detectar maltrato en pacientes de edad; establecer una línea de teléfono de asesoramiento, similar al 016; crear una casa de acogida para casos urgentes; y definir un mapa sociosanitario en cada municipio, entre otras propuestas.