QUÉ CORTA visión económica y qué daño le hacen a nuestro futuro los que plantean lo público y lo privado como algo enfrentado. Mi posición es clara. Lo público y lo privado deben coexistir y complementarse de forma absolutamente transparente.

Digo esto porque me sorprende ver a principios del siglo XXI cómo en determinados sectores se pretende plantear la coexistencia de las universidades públicas y privadas como un problema antagónico, como aspectos enfrentados que nunca podrán ser conciliados. Qué equivocados están, a mi juicio, los que piensan que el que aparezcan otras universidades privadas en Canarias debe ser en detrimento de nuestras magníficas dos universidades canarias: la Universidad de La Laguna y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Esta no es sólo mi opinión, sino que además es la orientación que fija Europa para el futuro de nuestras universidades, y es que con la reciente implantación del Plan Bolonia, toda la UE y por extensión Canarias apuestan por comunicarse en un nuevo lenguaje educativo, un lenguaje único en todos los ámbitos: la competitividad.

Entendida como sano estímulo al trabajo y la superación, la competitividad entre los centros docentes es el nuevo lenguaje en el que las universidades del Espacio Europeo de Educación Superior han decidido empezar a comunicarse entre ellas para estimular la excelencia y la generación de empleo.

Y Canarias, como lo ha sabido hacer otras veces, no va a quedarse al margen de este magnífico escenario educativo, económico y social. Nuestra gente ha sabido tener la altura de miras necesaria para apostar por la necesidad de implementar esfuerzos en materia educativa, universitaria e investigadora, no sólo en el ámbito de lo público, que es un compromiso irrenunciable con la ciudadanía, también desarrollando lo privado.

No tenemos más que ver lo que ha supuesto para la ciudad de San Cristóbal de La Laguna la ubicación de la ULL en su suelo. Ha intensificado la economía, estimulando el consumo, los alquileres y la movilidad, entre muchos otros aspectos. Lo público y lo privado deben empezar a coexistir también en el marco de la enseñanza, garantizando un exquisito equilibrio entre ambas. Ejemplos de esta simbiosis los tenemos en comunidades como Madrid, con un total de 8 centros privados y 8 públicos, o en Castilla y León, con 4 privadas y 4 públicas.

Si tengo una certeza sobre este tema, es la de que la ULL saldrá fortalecida de todo este proceso. Un centro con la solera de nuestra universidad pública, que cuenta con casi 22.000 alumnos matriculados en la última convocatoria de 2009 o con centros de reconocido prestigio nacional e internacional, debe aprovechar las sinergias que el coexistir con otra universidad van a generar.

Nuestra universidad, que forma parte ya indisoluble de nuestras señas de identidad, ha formado, forma y seguirá formando a profesionales de todas las disciplinas y, en su afán de continuar adaptándose, se mantiene ejemplarmente adaptada a los tiempos que corren. Prueba de ello es, por ejemplo, su minucioso e incansable trabajo con la ANECA para verificar sus títulos de grado.

En cuanto a lo privado, creemos que la Universidad de La Orotava puede contribuir al desarrollo educativo y a potenciar la investigación en Tenerife. Nos hará más competitivos, ampliará nuestra oferta docente en el Archipiélago, en España y en Europa. Porque si algo es Bolonia es eso: libertad de conocimiento y de oferta. Canarias estará, una vez más, en el contexto internacional como referente en el marco de la oferta pública y privada en materia de enseñanza universitaria.

Pero es que, además, otra de las principales ventajas de que tengamos una universidad privada en nuestra Isla es la importante generación de puestos de trabajo que llevará aparejada. No sólo la derivada de la edificación de las infraestructuras necesarias para albergar las instalaciones del centro, sino la dinámica que imprimirá a un municipio como La Orotava la presencia de miles de estudiantes que diariamente se convertirán en consumidores dentro y fuera del mismo.

En todo esto, en ese esfuerzo porque sea La Orotava la sede de una universidad privada, ha tenido mucho que ver nuestro concejal en la corporación, Enrique Luis, que con duro trabajo ha logrado cristalizar los esfuerzos necesarios para que sea su municipio y no otro el que albergue este centro. El Partido Popular siempre estará a favor de todas aquellas fórmulas que, garantizando la normal convivencia entre los intereses públicos y privados, redunde en la mejora del empleo, la formación de nuestro capital humano y la economía de nuestros vecinos.

En los tiempos que corren es necesario arrimar el hombro para sacar a España y a Canarias de esta grave crisis, que es algo más que números y estadísticas, son ya más de 4 millones de personas que ven día a día cómo se les hace más cuesta arriba. No debemos dejar pasar una oportunidad como esta para dinamizar nuestra comarca Norte, hemos de seguir teniendo esa altura de miras de la que hablaba antes y superar los prejuicios y los miedos para apostar decididamente por esta universidad privada.

Por todo ello, Canarias y, singularmente, Tenerife, deben una vez más sumarse a esta importantísima oportunidad de garantizar el desarrollo de su gente, tanto a corto como largo plazo. Nos toca a los políticos garantizar la viabilidad de esta oportunidad, apostar por los derechos de los ciudadanos y la legitimidad de la oferta y la demanda. Y, sobre todo, velar por el escrupuloso equilibrio entre lo público y lo privado.

Felicito al alcalde y a todos los concejales del Ayuntamiento de La Orotava por su altura de miras, y aprovecho esta tribuna para ponerme a su disposición para todo aquello en lo que nuestra colaboración pueda ser necesaria: la Villa y Tenerife bien lo merecen.