LAS PASADAS lluvias que azotaron especialmente al área metropolitana los días 1 y 2 de febrero causaron, como pudo verse en los medios de comunicación, muchos desperfectos no sólo en infraestructuras municipales, sino también en propiedades privadas, viviendas y garajes, que se vieron afectados por la fuerza de una tormenta que derramó hasta 270 litros por metro cuadrado en algunas zonas del municipio de La Laguna como Las Mercedes-Jardina.

Muchas y muy difíciles han sido las estampas que nos encontramos cuando, en los días siguientes, hemos estado visitando a los vecinos más afectados, especialmente en lugares como La Piterita, Princesa Iballa, Finca España o San Luis Gonzaga, zona en la que hubo que desalojar a varias familias.

Escenas duras en las que, sin embargo, tenemos que alegrarnos de no haber tenido que lamentar ninguna pérdida personal; en parte, porque tras el 31 de marzo de 2002 y el Delta, la experiencia nos ha enseñado a aumentar nuestra capacidad de reacción y, por otro lado, porque desde un primer momento la ciudadanía ha tenido un proceder encomiable, siguiendo las indicaciones de los servicios de emergencia y no saliendo de casa, a menos que fuera estrictamente necesario.

Era nuestro trabajo, el de las administraciones, coordinar los operativos de emergencia y, en ese sentido, tanto los alcaldes del área metropolitana como el Cabildo y el Gobierno estuvimos en estrecha conexión en las horas en las que duró el azote de la lluvia, que superó, incluso, a la caída en el fatídico 31-M. Y puedo asegurar que, en esos momentos, se dio una total y continua coordinación entre los distintos operativos para garantizar que la ciudadanía estuviera a salvo y que se subsanaran las situaciones de peligro, lo que se hizo, sin duda, gracias a la labor de los cuerpos de emergencia, profesionales como siempre, pero también a la contribución de muchos voluntarios y, como digo, al ejemplar y responsable comportamiento ciudadano.

Quiero agradecer, asimismo, la rápida respuesta del Gobierno de Canarias y el Gobierno del Estado al decretar de manera casi inmediata sendas líneas de ayudas que contribuirán a aliviar la situación de muchos ciudadanos.

Es ahora, pasados los días, cuando toca valorar aquello que la lluvia se nos ha llevado y, por encima de todo, atender a los laguneros y laguneras afectados por la tormenta. A quienes han sufrido daños en su patrimonio, en su vivienda o vehículos, a los comerciantes y empresarios, a los agricultores, ganaderos y pescadores… A todos aquellos que ahora tienen que recomponer su entorno más cercano.

Precisamente con este objetivo, desde el pasado miércoles hemos adjudicado por la vía de urgencia las obras necesarias para restablecer la normalidad y se decretó la creación de dos oficinas de atención al público. La primera de ellas, en la sede central de Servicios Sociales, en la plaza de la Catedral, número 6; y la segunda, en la Tenencia de Alcaldía de La Cuesta, en la calle Abreu y Valdés, número 1, junto a la sede de la Policía Local. En ambas el horario de atención al público será de lunes a viernes, de 9 a 13.30 y de 16.00 a 20.00 horas.

De este modo, todos los ciudadanos de La Laguna a los que la tormenta haya ocasionado daños podrán ser atendidos, asesorados, informados y orientados por un equipo de técnicos municipales, con el objetivo de que puedan tramitar estas ayudas a la mayor brevedad posible. Una vez pasado lo peor, nuestro interés no es otro que seguir trabajando con los ciudadanos. Tanto desde las diferentes áreas del ayuntamiento como de manera conjunta con el resto de administraciones para que se restablezca totalmente la normalidad y se subsanen los desperfectos y los daños ocasionados.

La Laguna