El número de animales abandonados se ha incrementado en los últimos meses en Canarias como consecuencia de la crisis económica, debido a la dificultad que tienen algunas personas para afrontar los gastos que las mascotas conllevan.

Tanto al Albergue de Valle Colino, en Tenerife, como al Albergue Insular de Gran Canaria, que recogen perros y gatos, se dirigen cada vez más personas para entregar a sus animales de compañía por no poder hacerse cargo de ellos.

Algunos explican que se han quedado sin trabajo y no pueden continuar manteniendo al animal ni pagar los gastos de veterinario; otros cuentan que se ven obligados a trasladarse a una vivienda más pequeña en la que su hasta entonces compañero ya no cabe, razones que antes apenas se esgrimían, manifestó Fernando Nabal, veterinario de Valle Colino.

Curiosamente, los responsables de este albergue recogen cada vez menos animales sueltos por la calle pero se hacen cargo de más mascotas que les entregan personalmente.

"Esto sucede porque los perros tienen un microchip que identifica a los propietarios y no quieren tener problemas. Yo les digo que, aunque nos los entreguen personalmente, los abandonan igualmente", indicó Nabal.

A las puertas de Valle Colino llegan mensualmente unos 50 perros y gatos, mientras antes sólo eran unos diez al mes. Por el contrario, han disminuido los animales erráticos recogidos, que han pasado de 120 al mes a un centenar en la actualidad.

Este fenómeno se observa también en el Albergue Insular de Gran Canaria, que en 2009 recogió un total de 3.329 perros y 973 gatos.

De ellos, 1.300 perros y 207 gatos encontraron un nuevo dueño, indicó Tito Cárdenes, portavoz del Albergue.

En el caso de Valle Colino, que recoge los animales de Santa Cruz de Tenerife, La Laguna, Tegueste y El Rosario, entre 1.500 y 1.700 perros encuentran cada año un nuevo dueño gracias a los esfuerzos que sus responsables hacen para que encontrarles un hogar.

Curiosamente, como consecuencia de la crisis económica se observa un aumento del abandono de perros de raza, generalmente caros, algo que hasta ahora no sucedía, debido a que sus dueños no pueden costear los gastos de manutención y cuidado.

"Algunas razas, como los bulldog y los carlinos, son muy delicadas y los propietarios no pueden hacerse cargo de ellos", explicó Cárdenes.

Con el fin de facilitar la adopción de los animales abandonados y buscarles un nuevo hogar, los veterinarios de los albergues los esterilizan, desparasitan e implantan un microchip.

"La esterilización pretende evitar camadas indeseadas que luego llegan a nosotros como nuevos perros abandonados", explicó Nabal.

Cuando alguien desea adoptar un animal abandonado, los responsables le facilitan la labor pero también les informan de sus obligaciones.

En el caso de Valle Colino, por ejemplo, el nuevo propietario firma un contrato de adopción con varias condiciones, se le da de alta como dueño del animal y se establece un período de prueba para que comprobar que ambos se adaptan a la nueva vida.

"La mayoría lo hacen, nos devuelven muy pocos perros y gatos", indicó Nabal, quien insistió en que los animales que llegan a Valle Colino permanecen en el albergue todo el tiempo que sea necesario hasta que encuentran un nuevo dueño.

Actualmente, 160 perros y gatos esperan en Valle Colino y 400 aguardan en el Albergue Insular de Gran Canaria la llegada de algún compañero fiel que los rescate.