José Luis Pedreira Massa es psiquiatra de niños y adolescentes en el Hospital infantil Niño Jesús de Madrid. El jueves estuvo en Tenerife en las XIV Jornadas de la Asociación Canaria de Neuropsiquiatría, que finalizan hoy.

¿Ha aumentado la incidencia de los trastornos psiquiátricos en la infancia?

Desde el año 1970 la prevalencia aceptada es bastante homogénea. Lo que ha cambiado es la forma de presentación de los trastornos, pero el número de trastornos son los mismos y todos los trabajos de investigación que se han hecho dan tasas parecidas. En los países desarrollados, en torno al 10 o 15 por ciento de la población a lo largo del proceso de desarrollo de la infancia y de la adolescencia puede presentar una consulta especializada de salud mental.

¿Qué patologías son las más prevalentes?

Las patologías más prevalentes suelen ser el trastorno de conducta, la ansiedad generalizada, las presentaciones psicosomáticas y luego ya hay varias mezcladas.

¿Está el sistema público preparado para atender a los menores con problemas psiquiátricos?

No solamente no está preparado sino que es de vergüenza.

¿Qué tiene que hacer una familia cuando cree que su hijo puede padecer una enfermedad mental?

Un peregrinaje. Primero porque los niños van a ser atendidos por psiquiatras de adultos que en el mejor de los casos se han sensibilizado para trabajar con niños. Las familias que tienen un hijo con una enfermedad mental tienen que hacer un verdadero peregrinaje para conseguir la atención asistencial para los trastornos de sus hijos. Todavía en este país seguimos siendo de los pocos países de Europa que no tienen la especialidad de psiquiatría infantil reconocida a pesar de que el Ministerio lo ha prometido gracias a la presión de las familias de niños que tienen trastornos mentales. Pero la comisión que va a estudiar cómo introducir la psiquiatría infantil en los planes de estudio está formada mayoritariamente por personas que no han estado involucradas en la atención a los trastornos mentales de los menores en los últimos 40 años.

¿La adolescencia es el período de mayor riesgo para sufrir una enfermedad mental?

No tiene por qué ser así, pero es el período más visible. Hay muchísimos trastornos que se dan en la primera infancia, a lo largo del proceso de desarrollo, y cuando tienen su visibilidad mayor es en la adolescencia. Sobre todo lo que tiene que ver con trastornos de la alimentación o comportamiento o de la adaptación se ve fundamentalmente en la adolescencia.

¿Han disminuido los trastornos alimentarios como la bulimia o la anorexia o es que se habla menos de ellos?

Los trastornos alimentarios no son más que una forma de presentación muy primaria del trastorno mental. La alimentación es una función básica y como tal se puede alterar con los estados anímicos. Se ha sensibilizado a la población y a los profesionales de cómo atender gente que no come, que en un momento determinado se preocupa por cosas que son secundarias como la imagen física. Esto no tenía que ver tanto con trastornos de la alimentación sino con contenidos narcisistas.

Cada vez hay más adolescentes que no trabajan ni estudian. ¿Por qué se están generalizando estos roles?

Esto es un indicativo de que alguien ha ejercido la parentalidad de manera insuficiente y que el mecanismo social de corrección de la parentalidad no solamente es insuficiente sino que ha mirado hacia otro lado.

¿Todos somos responsables de estos chicos?

Absolutamente todos y todos estamos involucrados en esa situación. Hemos ido creando una infancia a la que le damos cosas, pero esa infancia no sabe disfrutar de ellas, no sabe conseguirlas si no se las damos y, sobre todo, cree además que son un derecho y se las tenemos que conseguir.