HOY, POR TERCER DÍA, volvemos a preguntarnos y a preguntar a los isleños en general, ¿qué derechos tiene España sobre las Islas Canarias? Simplemente el derecho que le proporcionó, hace casi seis siglos, su inicua invasión. Dominio y esclavitud de un pueblo pacífico. Es decir, un genocidio en toda forma. Y eso tiene que condenarse por la ONU, por el mundo, por los propios españoles de bien y por los canarios. Si entraron de forma criminal, hoy tienen que salir no de igual forma sino por la vía pacífica, devolviendo a los descendientes de aquel pueblo guanche sus tierras, todas sus propiedades e incluso los bienes que se deriven en compensación por el crimen de lesa humanidad que cometieron.

Hay que expulsar de esta tierra a los godos. Entiéndasenos bien. Óigasenos bien. Que no se malinterprete malintencionadamente lo que decimos. No hablamos de los peninsulares ni de los europeos, sino de los godos. Para dar un ejemplo del tipo de individuos a los que nos referimos citamos a los cuatro godos de la prensa. El ágrafo, el tiñoso, el sucio y el zorro. Parece mentira que algún medio pueda estar dirigido por uno de estos godos. Así le va a ese medio. Parece mentira que en Tenerife suframos las embestidas, mínimas porque el medio es mínimo, de un godo que, además de godo, está al servicio de los canariones porque su empresa es canariona y se ha infiltrado en Tenerife como un caballo de Troya. De dos de esos cuatro godos podemos hablar con mucha propiedad porque pasaron por esta Casa. Traidores ambos al máximo, tanto con la empresa como con sus compañeros. Cuando sea preciso lo alegaremos convenientemente, aunque todos sabemos quienes son esos godos. Y ahora se ponen a pontificar. Son tan atrevidos, que sin haber conocido a Leoncio Rodríguez, sin saber quien fue un patriota guanche e independentista como ninguno, que tuvo que ocultar sus auténticos sentimientos canarios por miedo a las fuerzas de ocupación, se ponen a decir que en estas circunstancias don Leoncio habría obrado de esta u otra forma. Leoncio Rodríguez se vio obligado a silenciar sus auténticas ideas, aparecidas de forma subliminal en sus libros y artículos periodísticos. Desconocedores de su pensamiento profundo, hoy estos sinvergüenzas, estos godos, se permiten decir "si Leoncio Rodríguez levantara la cabeza...". ¡Machangos, mentecatos...! Si nuestro fundador levantase la cabeza, manifestamos nosotros, vería que su pequeña empresa, fundada en 1910 -este año hace un siglo- es hoy un emporio; el único y muy importante grupo de comunicación de Canarias. Y el único que reivindica la libertad y la identidad de los canarios.

No lucha con el mismo ardor por su tierra, pese a militar en un partido nacionalista, doña Ana Oramas. Según esta diputada, motivo de risa en Madrid al igual que don Perestelo y don el otro porque se quieren hacer pasar por españoles, "la independencia, en el plano económico, sería un error estratégico". Aquí el único error, doña Ana, es que usted siga en la política. Con la independencia económica podríamos gestionar nuestros propios recursos y salir de la crisis en la que nos tiene sumido Zapatero por ser colonia de España. Claro que nuestra posición geoestratégica es importante. Sin embargo, de ella se aprovechan los españoles y no los canarios por culpa de inutilidades políticas como usted, que accedió a un puesto con la promesa de defender estas Islas y se ha entregado al PSOE y a Las Palmas. Y encima va a que la entrevisten, amigablemente, en periódicos de clara obediencia canariona. ¿La estamos insultando por decir esta verdad, señora Oramas?

Por otra parte, Marisa Zamora ha publicado un artículo el pasado domingo en nuestro periódico titulado "El inútil ministro de Fomento" que deseamos comentar hace días. Hoy se nos vuelve a quedar en el tintero, pues no queremos despacharlo en dos líneas. Esperamos que mañana tengamos espacio para analizarlo en profundidad, si la actualidad no vuelve a arrebatarnos la ocasión. Y acabamos.

Ayer se publicaba la noticia de que un funcionario ha sido condenado a cuatro años de cárcel por malversar 233.664 euros de la hacienda pública. ¿A cuántos años habría que condenar a José Miguel Pérez y Román Rodríguez, presidente y vicepresidente del Cabildo de Canaria, si cometen el crimen de dilapidar miles de millones en construir el absurdo tren de la tercera isla?