El Juzgado número 3 de Primera Instancia e Instrucción de La Orotava resolvió archivar la demanda interpuesta por el escritor chileno afincado en Tenerife, Miguel Huenchual, contra las misiones de la NASA en la Luna, para localizar agua, con el lanzamiento de cohetes, por las repercusiones en el medio ambiente y la contaminación del espacio sideral. La querella, que fue interpuesta el 19 de octubre de 2009, fue desestimada porque los hechos denunciados "no son constitutivos de infracción penal", por lo que la jueza titular acordó "el sobreseimiento libre y archivo definitivo de la causa, de conformidad con lo establecido en los artículos 637-20 y 779, apartado primero de la Ley de Enjuiciamiento Criminal". Si bien la resolución fue rápida, el interesado accedió a la misma hace tres días, por iniciativa propia, dado que no le fue notificada, según explicó, por carecer de representación legal.

Miguel Onofre Huenchual adelantó a EL DÍA que recurrirá el auto judicial ante instancias superiores y no descarta acudir a organismos internacionales, porque si bien acata la resolución judicial, dice "no compartirla" y que actuará conforme a derecho.

Miguel Onofre Huenchual había argumentado su demanda contra la agencia espacial estadounidense por lo que considera "daños irreparables que ha ocasionado al satélite, mediante bombas que han impactado en el cráter Cabeus, en el Polo Sur, con el objetivo de encontrar agua".

A su entender, "el planeta Tierra tiene suficiente agua para abastecer a la actividad humana y como buenos habitantes de la madre tierra, primero debemos divulgar buenos hábitos en el consumo de este valioso líquido".

"Un reloj biológico"

Aclara que "para nosotros, los mapuches, la Luna es sagrada, representa la nobleza y la fecundidad, regula directamente la biología terrestre y los agricultores del mundo se han guiado siempre por sus fases para sus labores en el campo, además de que siempre ha sido como un reloj biológico".

Miguel Onofre Huenchual insiste en su reflexión, ya expresada en otra ocasión, en que "si hasta la fecha, los humanos no hemos valorado el agua que se encuentra en la Tierra, por qué vamos a confiar en que cuidaremos ese preciado líquido de la Luna sagrada. La explosión de esos dos cohetes en la Luna implica que ha sido contaminada por la Nasa. Hay que tener en cuenta la basura espacial que flota en el espacio desde el inicio de la carrera espacial, y que nunca antes la hubo", afirma.