EL MONARCA alauí, Mohamed VI, ha iniciado el año político manifestando que Marruecos se va a regionalizar. En realidad, no está diciendo nada nuevo, puesto que desde el año 1992, en que se aprueba la Constitución y pasando por encima de los acuerdos internacionales, el reino de Marruecos establece su conformación por 16 regiones. ¿Qué novedad entonces?

La novedad estriba en que, haciendo una nueva martingala y para darle visos de legalidad y con la estrategia estudiada de eludir la supervisión del Comité de Descolonización de la ONU, dentro de esas 16 regiones pretende incluir el territorio, ocupado por la fuerza tras la estampida española, del Sahara Occidental, así como las zonas liberadas a cargo de la República Saharaui Democrática, a las que denomina y va a enfatizar políticamente como "las regiones del Sur".

Lo que pretende Marruecos, aparte de despojar de sus derechos a un pueblo, es un camuflaje bajo un modelo de regionalización-autonomía avanzada con la idea de que los que habitan esos territorios dispongan de una amplia libertad en la gestión de sus propios asuntos locales, y que todo se asumirá desde una voluntad soberana por el monarca dando un salto de una verdadera amplitud y exquisitez democrática. Eso, al menos, es lo que dicen.

Con ello se conseguirá que aquellos planes que se pusieron sobre la mesa de la discusión por parte de la ONU se vayan al traste, tanto el Baker I, en que los acuerdos de Houston firmados por parte de Marruecos y el Frente Polisario acordaron la celebración del referéndum por la autodeterminación, como más tarde el Baker II, basado en un acuerdo del Consejo de Seguridad que fue aceptado por el Frente Polisario y no por Marruecos, quedándose todo como al principio.

O sea, que al regionalizar se elude lo que se ha estudiado para dar salida a la cuestión del Sahara Occidental y, según lo visto y oído, lo que prevalece es lo que a Marruecos le venga en gana, guste o no guste.

En realidad, es más de lo mismo, porque el proceso de descolonización se interrumpe cuando España se va del Sahara dejándolo en manos de Marruecos y Mauritania. Mauritania guerrea con el Polisario y llega a un acuerdo; no así, como se ve a lo largo de la historia, con Marruecos. Y ante eso, por parte de Marruecos se levanta un muro de 2.000 kilómetros (no todos los muros han caído, por lo que se ve) para separarse de la zona donde está el Frente Polisario. Para el resto de la población ya se sabe lo que aconteció: ante el bombardeo de la aviación marroquí con napalm y fósforo amarillo (lo que se puede considerar como un verdadero genocidio), los que pudieron huyeron hacia Tinduf, refugiándose en los campamentos.

¿Pero qué es lo que interviene e influye para que eso sea así? ¿Qué acuerdos soterrados y con qué apoyos de envergadura cuenta Marruecos para que la situación se vaya decantando hacia sus exigencias territoriales y en contra de los derechos legítimos de un pueblo que sólo pide lo que le corresponde por historia y por compromisos internacionales?

Marruecos, no nos olvidemos, es amigo preferencial de los EEUU, que ha facilitado todo tipo de armamento y pertrechos en aviones y barcos de guerra a las fuerzas armadas marroquíes, así como que han construido una base militar en el sur de Marruecos, en la zona limítrofe con el Sahara Occidental, Tan Tan, y enfrente de Canarias, con la nomenclatura de Comando África de EEUU (AFRICOM).

Quizás ahí está la clave para entender esta cuestión. Se dice que el control del norte de África por parte de EEUU es necesario, sobre todo para combatir el terrorismo islámico, donde Marruecos funcionará como un muro infranqueable, lo que no ponemos en duda. Pero se sabe que EEUU está donde prevalece el negocio, de manera que la base y finalidad fundamental es la obtención del petróleo en África y el control de los sistemas globales de su distribución, además de rivalizar con China en el continente africano.

Con lo cual, si hace falta y es necesario (EEUU tiene influencia para hacerlo), se retroceden acuerdos, se ralentizan y tergiversan, y con el silencio y poderío las exigencias marroquíes son satisfechas. Los amigos están para algo.

En definitiva, Marruecos se va a regionalizar, con lo que el Polisario tendrá que tocar otra vez los tambores de guerra; el pueblo saharaui quedará una vez más sumido en la perplejidad y los fundamentos internacionales camino de la papelera, y entre tanto Canarias enfrente, expectante y a verlas venir.