Entrar estos días en la Fonda Medina, en Güímar, supone una vuelta a la infancia y a la posibilidad de volver a disfrutar con unas pequeñas obras de arte con forma de muñeca.

Una muestra recoge hasta el próximo 10 de enero un total de 56 piezas de diversos estilos realizada por Lidia de la Rosa Hernández.

Destacan las denominadas "Tilda", de origen noruego, o las conocidas "muñecas repollo" americanas, así como los diseños realizados por la propia artesana.

Los visitantes que acudan a la sala de exposiciones se encontrarán, además, con otra colección variada de hadas, ancianitas y un singular belén.

La afición de Lidia de la Rosa por las muñecas clásicas surgió, según explica, en su adolescencia, aunque ha sido en la última década cuando se ha formado intensamente en esta labor.

Lidia de la Rosa Hernández se licenció hace unos años en Filología Inglesa, pero una dolencia crónica la incapacitó en su día para continuar trabajando. Las manualidades fueron su alivio y su refugio en los momentos de dolor a causa de la fibromialgia que padece.

Hace unos meses, Lidia decidió seguir el consejo de sus familiares y amigos, que la animaron para que se sacase el carné de artesana del Cabildo de Tenerife y poder mostrar así al público sus pequeñas creaciones.

Para su primera exposición, la joven ha contado con la colaboración de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Güímar.

Lidia se define como una mujer autodidacta que ha aprendido el oficio después de años de experiencia con las manualidades. Comenzó con el punto de cruz, otra de sus grandes aficiones, para después especializarse en las muñecas.

Lidia reconoce que cuando comienza una de sus muñecas pierde la noción de tiempo, "y es también una buena forma de olvidarse de los dolores y no tener que recurrir a las pastillas cuando llegan", afirma.

La confección de una de sus obras de artesanía puede llevar tres o cuatro días de dedicación intensiva. "Se trata -explica- de una labor muy minuciosa realizada totalmente a mano. Mi madre, que ha cosido toda la vida, me echa una mano, al igual que alguna amiga".

A pesar de que a Lidia le cuesta mostrar preferencia por alguna de sus muñecas, admite que le encantan las que inventa ella misma a partir de un rostro básico a la que se encarga de dar forma. En este sentido, suele emplear mucho tiempo en elaborar los ojos, bien sea con dibujos realizados a mano o con piedras decorativas.

El precio de uno de estos juguetes puede oscilar entre los treinta y más de cien euros, dependiendo de la dificultad que entrañe su elaboración. "A la mayoría de la gente le encantan mis trabajos, pero algunos se echan atrás por el precio. Lo que muchos ignoran es la cantidad de horas que hay que estar en el taller para terminar una muñeca".

Esta primera muestra de Lidia de la Rosa Hernández es el paso definitivo para dar a conocer su labor y acudir a ferias que se celebren en el resto de Tenerife. "El Cabildo exige una serie de requisitos para presentarse en ferias, por eso me encuentro tan feliz de exponer ahora en Güímar", afirma.

Otro de los proyectos que tiene en mente Lidia de la Rosa es formar a otras personas que quieran iniciarse en los trabajos manuales. "En su momento -indica- me preparé en este sentido, y mi mayor ilusión sería enseñar lo que he aprendido en estos años a quienes se encuentren en la misma situación que yo".