La tromba de agua del pasado día 16 de noviembre sigue sumando daños un mes después. Ayer, un bando de la Alcaldía de Los Realejos decretaba el cierre total e indefinido de la popular playa del Socorro por la existencia de desprendimientos de rocas y por el riesgo de que se produzca un derrumbe grave, a causa de las fuertes lluvias del mes pasado. Tras la tragedia de la playa de Los Guíos, en Los Gigantes, el Ayuntamiento realejero y la Dirección General de Costas han optado por la contundencia y el riesgo cero: una de las dos playas más visitadas del Norte, junto a Playa Jardín, permanecerá totalmente cerrada a todo tipo de uso, al igual que su carretera de acceso.

EL DÍA pudo comprobar al mediodía de ayer que las medidas para garantizar el cierre son inequívocas. Desde que se inicia el descenso a la playa por la vía de acceso, el conductor se enfrenta a una valla de la Policía Local donde se prohíbe el paso y se advierte del riesgo de desprendimientos. Otra valla de prohibición recuerda el mensaje unos centenares de metros más abajo.

Justo antes del inicio de la ladera con más riesgo de derrumbe, el consistorio ha instalado dos vallas, una metálica con casi dos metros de altura, que impide el paso a personas y vehículos de lado a lado de la vía. Por si quedara alguna duda, sobre la valla se ha colocado el bando de la Alcaldía, una señal de prohibido el paso, otra de peligro de desprendimientos y una cartel que dice "carretera en mal estado por las lluvias". Cintas de precinto de la Policía Local completan la escenografía. Para superar esta barrera hay que encaramarse por un lateral, junto al acantilado, y, a pesar de la relativa dificultad de la operación, EL DÍA pudo comprobar que una docena de bañistas desafiaban ayer la prohibición y disfrutaban de la cala, conscientes del peligro. Varias rocas sobre el asfalto daban fe de que el riesgo existe.

El alcalde realejero, Oswaldo Amaro, recalcó ayer que la prohibición se hizo efectiva, "para garantizar la seguridad de los numerosos usuarios de la playa, dado que se han producido desprendimientos en la ladera".

El concejal delegado de Servicios de Los Realejos, Salvador García, subrayó que "continuará sin permitirse el uso de la playa mientras se mantenga el riesgo de desprendimientos y hasta que se efectúen las obras correspondientes para mejorar la seguridad". Además, y también como medida preventiva, se ha cerrado la cafetería que se ubica en la zona.

Por orden de la Alcaldía, queda prohibido el acceso y permanencia tanto peatonal como de vehículos, además de la realización de cualquier actividad acuática, así como pesca, surf, baño o un simple paseo por la arena.

El gobierno realejero hizo ayer un llamamiento a la población para que "cumplanestrictamente con esta prohibición". De momento, con la señalización y las barreras no parece suficiente.