La Comisión Nacional de Protección Civil aprobó ayer por unanimidad el Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Sísmico (Pesican) y el Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico (Pevolca), ambos desarrollados por la Comunidad Autónoma de Canarias.

Tanto el Pesican como el Pevolca siguen las directrices del Plan Director de Protección Civil y Atención de Emergencias de Canarias (Plateca), y establecen las pautas de actuación necesarias para responder, ante el riesgo sísmico o riesgo volcánico, de manera coordinada entre todas las instituciones competentes y optimizando los medios y recursos a nuestra disposición. Ambos planes entrarán en vigor una vez sean publicados por decreto del Ejecutivo regional en el Boletín Oficial de Canarias

En este ámbito, el Gobierno deberá ajustar, en función de las responsabilidades de las consejerías competentes, las acciones requeridas para incorporar estos planes en los dispositivos de autoprotección y emergencias de colegios, centros socio-sanitarios, recintos deportivos, centros comerciales, áreas residenciales e industriales, entre otros lugares, y su relación con los órganos responsables de los cabildos y ayuntamientos.

Servicios esenciales

Asimismo, el Gobierno de Canarias, con la coordinación de los cabildos, exigirá, a las diferentes instituciones y empresas responsables de la prestación de los servicios esenciales de electricidad, aguas, telefonía fija y móvil y de combustibles, el Plan de Emergencias que asegure la suplencia continua del servicio.

El Pesican será de aplicación en cualquier emergencia o situación de alerta por terremoto que pueda afectar al territorio de la Comunidad Autónoma de Canarias y será responsabilidad del Gobierno regional, a través de la Comisión Autonómica de Protección Civil, la homologación de los planes de actuación de riesgo sísmico del resto de administraciones (insular y municipal) con riesgo significativamente alto o medio.

Por su parte el Pevolca pretende ser un instrumento útil para hacer frente a una emergencia volcánica, que contempla los resultados de la experiencia que fue adquirida durante la crisis de mayo de 2004 que condujo, en su momento, a un ejercicio de integración de todas las administraciones para desarrollar un plan de actuación coordinada para la isla de Tenerife.