El "Petrel" es un barco emblemático en la lucha contra las grandes operaciones de narcotráfico hace décadas. Su apoyo a las fuerzas de seguridad y a la Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria resulta clave en muchas intervenciones que requieren un personal y un equipamiento especializado.

Inicialmente fue construido para ejercer como pesquero por una empresa portuguesa. Esa función se frustró y después se pensó en usarlo como buque oceanográfico, pero ese proyecto tampoco salió. Estuvo abandonado años en la Ría de Vigo, hasta que alguien pensó que podía ser utilizado para frenar el contrabando de tabaco. Con el tiempo, los contrabandistas se volvieron traficantes de droga a gran escala y las fuerzas de seguridad también se adaptaron a las nuevas circunstancias. En sus más de tres décadas de servicio, el "Petrel" ha contribuido a la interceptación de más de 82 toneladas de droga. Tal vez la más recordada sea la operación contra el barco ruso "Tamsaare", gracias a la cual se sacaron del mercado 10.000 kilos de cocaína.

Algunos de esos trofeos espectaculares se conservan en los pasillos y escaleras del buque en forma de cuadros, fotos o salvavidas. Y surgen nombres relacionados con los grandes desembarcos de droga, como "Zeus X", "Yemayá II", "Kimberly", "Squilla", "Martínez Álvarez" o "Brasimex I", entre muchos otros.

Cada día, 25 personas trabajan en la embarcación, distribuidas en un capitán, cuatro pilotos, un jefe de máquinas, cuatro maquinistas, un engrasador, 12 marineros, un cocinero y una enfermera. Hay detalles que determinan que éste no es un barco ordinario. En la popa tiene un helipuerto, en una de las cubiertas dispone de dos lanchas semirrígidas y una tercera embarcación rápida. Todos estos elementos son usados en los abordajes a los grandes cargueros con cocaína que son interceptados en alta mar. El "Petrel" es la plataforma que los grupos de operaciones especiales del Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil o los propios profesionales de la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera (DAVA) utilizan para "reventar" sus operaciones.

En ese buque opera desde hace casi dos años un tinerfeño, José Dorta, nacido en Tacoronte, que se muestra prudente y parco en palabras. El oficial Dorta es considerado por su capitán como "un buen profesional" y ejerce de piloto.

Este tinerfeño apunta que tiene una "profesión bonita", aunque, como casi todos los trabajos, hay situaciones mejores y peores.

El capitán explica a los medios de comunicación que todo resulta muy bonito en el puerto, pero hay que estar muy cualificado para operar en horas de madrugada, en alta mar y, por ejemplo, con olas de nueve metros durante la aproximación a otro barco con droga.

José Dorta no sólo lleva el timón del "Petrel", junto a tres de sus compañeros. Cuando llega el momento de abordar un carguero con cocaína, también le toca dirigir de forma precisa alguna de las tres embarcaciones rápidas de "El Petrel" e, incluso, del barco interceptado una vez que es "tomado" por los equipos de élite de las fuerzas de seguridad.

Ya, al menos, tiene el honor de formar parte de un buque que ha hecho historia entre las fuerzas de seguridad y la Agencia Tributaria españolas.