Enrique Meléndez Hevia recibió una subvención del Gobierno canario para un proyecto de investigación, a desarrollar durante tres años, que asciende a 192.564 euros, mientras que los 14 trabajadores despedidos por él cuando Sanidad lo obligó a cerrar su centro siguen sin cobrar lo que les debe.

Además, en base a una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), en la que da la razón a Meléndez, el catedrático de Bioquímica de la Universidad de La Laguna, ya jubilado, Enrique Meléndez Hevia, ha reabierto su Instituto del Metabolismo Celular (IMC) de La Laguna, que tuvo que cerrar por una orden de Sanidad, por la que también se suspendió la fabricación y venta de sus conocidos "polvos", compuestos por los aminoácidos glicina y l-aspártico.

La sentencia del TSJC ha venido ahora a dar la razón al catedrático en Bioquímica y Biología Molecular Enrique Meléndez Hevia en el contencioso que mantenía, desde hace más de tres años, con la Consejería de Sanidad del Gobierno canario, la Agencia Nacional del Medicamento y la Dirección General de Salud Pública y Alimentación de la Comunidad de Madrid, respecto al uso como tratamiento de los Factores I y II, también conocidos como los "polvos de Meléndez", y que los tribunales, finalmente, han resuelto que son nutrientes y no medicamentos.

Ante estos acontecimientos, los 14 trabajadores del Instituto del Metabolismo Celular mantuvieron ayer una reunión con Miguel Pulido, su asesor jurídico, con el fin de reclamar a Enrique Meléndez Hevia que les pague la indemnización dictada por el juez el 9 de mayo por su despido.

Tal y como manifestó Pulido a EL DÍA, las demandas superan los 300.000 euros "porque los despidos fueron declarados improcedentes desde el mes de enero, y estas familias todavía no han cobrado los sueldos pendientes ni la indemnización, a pesar de que existe una sentencia favorable".

En este sentido, el asesor jurídico recordó que las sentencias "se tienen que cumplir".

Asimismo, Pulido aseguró que los trabajadores están "bastante desconcertados por los últimos acontecimientos, sobre todo, teniendo en cuenta que el edificio en el que Meléndez lleva a cabo su actividad, que acaba de ser reabierto, está embargado mientras no se resuelva la sentencia pendiente", dijo Pulido.

Por otra parte, Miguel Pulido también lamentó que ni Meléndez ni su abogado (Gustavo Matos) "hayan asistido a las negociaciones, ni a la citación de conciliación laboral".

Una empresa que no habla

"Seguimos teniendo un silencio absoluto por parte de la empresa", indicó Patricia Rumeu, portavoz de los trabajadores afectados.

Precisó que el juicio está fijado para el 15 de marzo de 2010 "y ahí tendrá que dar la cara".

También puso de manifiesto las dificultades e inconvenientes que tienen que superar las familias de los 14 despedidos, "porque ni siquiera podemos acogernos al desempleo, ya que la empresa no ha tramitado la extinción de los contratos", matizó.

En cambio, Enrique Meléndez Hevia explicó ayer a EL DÍA que la subvención que ha recibido la Asociación Instituto del Metabolismo Celular "es para una tarea de investigación, mientras que los trabajadores que reclaman su dinero estaban empleados en una empresa mercantil con otro nombre (Instituto del Metabolismo Celular S.L.), y si yo empleara el dinero de la subvención en pagar deudas, estaría incurriendo en malversación", manifestó ayer Meléndez, quien aseguró que, "de acuerdo a la sentencia judicial, a los trabajadores les tiene que indemnizar la empresa que les despidió, es decir, la que acaba de reabrir, que, de momento, está en quiebra", dijo.

Según Meléndez Hevia, "se les pagará en cuanto se pueda y menos mal que se ha vuelto a poner en marcha la empresa, porque, de lo contrario, se hubieran quedado sin cobrar", aseguró.